Listos para recibir a los huracanes
República Dominicana se prepara para una temporada ciclónica que se prevé intensa
Seis muertos, tres desaparecidos, 16.600 evacuados acogidos en casas de familiares y amigos, 4.150 viviendas afectadas, una treintena de comunidades aisladas...Con éstas cifras recibe República Dominicana la temporada ciclónica que arranca hoy y finalizará oficialmente el 30 de noviembre. Las intensas lluvias que han caído en el país durante los últimos ocho días han inundado buena parte de las 20 provincias que están en alerta de las 32 en las que se dividen los 49.000 kilómetros cuadrados de su superficie. Pero nada comparado con la cantidad de agua que dejaría un huracán. "Tres o cuatro veces más", dice Antonio Cocco Quezada, meteorólogo dominicano.
William Gray es una especie de gurú de los huracanes. A partir de este año, Philip Klotzbach, su pupilo en la Universidad de Colorado (Estados Unidos), le releva al frente de la elaboración del pronóstico de la temporada ciclónica.
El pasado 3 de abril ambos dieron a conocer su informe definitivo para el periodo 2007. De acuerdo a sus estudios, entre el 1 de junio y el 30 de noviembre se pueden formar 17 tormentas. Nueve podrían evolucionar a huracán ?el promedio entre 1950 y 2000 es de 6 huracanes por temporada?, cinco de ellos de gran intensidad, con vientos sostenidos de más de 200 kilómetros por hora y cantidades inmensas de agua.
En esta semana, otros informes, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y de Tropical Storm Risk (que estudia los riesgos de tormentas tropicales) de Reino Unido, coinciden, con ligerísimas variaciones, con lo pronosticado por Gray y su discípulo.
En República Dominicana, Antonio Cocco Quezada, una autoridad en lo que respecta a los ciclones, se suma a lo afirmado por los estudiosos foráneos. "Este año se espera que se desarrolle La Niña enfriamiento de las aguas] en el Pacífico ecuatorial y se ha comprobado que con ese fenómeno se incrementa la actividad ciclónica en el Atlántico".
Normalmente, la aparición de tormentas tropicales con mayor riesgo de impacto se produce a partir de mediados de agosto y durante todo el mes de septiembre, "aunque tenemos estadísticas que indican que la actividad se intensifica a partir del 10 de julio", y se prolonga hasta entrado octubre.
También con cifras queda demostrado que ha habido un mayor número de tormentas tropicales y huracanes por temporada en los últimos 11 años. "Y su fuerza es mayor. Wilma, Katrina [el huracán que destruyó Nueva Orleáns en 2005] y Rita son un ejemplo. Algunos sectores lo atribuyen al aumento de la temperatura del mar de hasta 1 grado Celsius por el cambio climático. Hay consenso sobre este aspecto", señala Cocco Quezada.
Pero mientras los científicos investigan y teorizan, en el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de República Dominicana trabajan a destajo estos días. Sus 40 profesionales y miles de voluntarios ?pueden llegar a ser 30.000 si es necesario y a 100.000 si se involucra a militares y policías? se preparan para poder actuar en caso de desastre ciclónico. Las lluvias de los últimos ocho días les han puesto a prueba. "Tenemos listo el plan de contingencia, en el que participan los 28 ministerios y las cinco ONGs de la Comisión Nacional de Emergencias, y nos hemos estado entrenando de manera continuada", con el apoyo de agencias internacionales especializadas en enfrentar desastres, dice el coronel Juan Manuel Méndez, director de la institución de emergencia.
Reconoce que, frente a la naturaleza, "nadie está totalmente preparado. Lo estamos en cuanto a la toma de decisiones y contamos con materiales para responder. Y tenemos tres mil y pico refugios habilitados" para quienes deban ser evacuados. "Si el fenómeno excede nuestra capacidad, contamos con el apoyo de organismos internacionales", añade. El coronel Méndez cree que en los últimos años la población se ha educado más y mejor sobre la peligrosidad de los ciclones y sus consecuencias.
"Los muertos que ha habido en los últimos tres días han sido por negligencia personal", puntualiza. No obstante, ha sido imposible eliminar asentamientos ubicados en zonas vulnerables, como las cuencas de los ríos, que estos días se han desbordado, provocando inundaciones en terrenos que se muestran saturados de agua. El meteorólogo Cocco Quezada dice que hay que seguir haciendo grandes esfuerzos para educar a la gente. "Lo de estos días es un preaviso. La gente se resiste a abandonar lugares vulnerables porque depende de los ríos para vivir. Los ayuntamientos y el Estado deben planificar sobre el uso del suelo" y actuar en consecuencia.
El coronel Méndez completa la afirmación del meteorólogo y afirma que "la cultura se cambia con educación y una acción del Estado que obligue a estas personas a no construir en zonas vulnerables".
De todas formas, insiste en decir que la gente tiene "lecciones aprendidas, porque año tras año recibimos inundaciones", aunque reconoce que toda preparación y educación puede ser poca ante la imprevisible naturaleza. Por eso, dice que "sólo queda pedirle a Dios que sea condescendiente". Y esperar que, como el año pasado, los pronósticos no se cumplan.
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