La reconciliación guiará el cambio en Nicaragua

Daniel Ortega, presidente nicaragüense, designó el miércoles oficialmente al cardenal católico Miguel Obando y Bravo como director de la gubernamental Comisión de Verificación, Justicia, Reconciliación y Paz, en un acontecimiento político y social que ha generado polémica, pero que al mismo tiempo constituye una prueba visible de los "vientos de cambio" que vive Nicaragua.

Ortega y Obando fueron acérrimos enemigos durante la década de los ochenta, cuando la entonces guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), liderada por el propio Ortega, llevó adelante su Revolución Popular, origen de cambios sociales pero también de una intensa confrontación política que desembocó en una guerra civil, en gran medida apoyada por Washington.

Ortega fue derrotado en las elecciones de 1990 por una coalición dirigida por la conservadora Violeta Barrios. Desde entonces, el ex jefe guerrillero tejió desde la oposición una compleja madeja de alianzas políticas que incluyeron a quienes fueron enemigos durante la guerra civil, a representantes de la dictadura de Anastasio Somoza (derrocado por el FSLN en 1979) y al poderoso cardenal Miguel Obando y Bravo, ahora con 81 años de edad, que trabajará sin sueldo en un proyecto que, según Ortega, hará posible que "la verdad brille de la tierra y la justicia desde el cielo".

El decreto firmado por Ortega crea oficialmente una comisión paraestatal que tendrá como objetivo atender las demandas de unos 300.000 desmovilizados, tanto del Ejército como de las fuerzas contrarrevolucionarias ?llamadas contras?, que pelearon entre sí durante los ochenta.

El religioso, que ha sido centro de una intensa polémica en los medios de comunicación nicaragüenses por su participación en una entidad gubernamental, señaló que la comisión creada es sucesora de la Comisión de Reconciliación fundada en 1987, cuando se establecieron los Acuerdos de Paz entre sandinistas y contras, lo que al final desembocó en las elecciones generales de 1990.

"No puede haber paz mientras no haya para todos condiciones concretas para alcanzar niveles de vida compatibles con la dignidad humana", aseguró Obando y Bravo, quien recibió el beneplácito del Vaticano para hacerse cargo de la responsabilidad asignada.

Por otra parte, el presidente Ortega aseguró que los desmovilizados de las partes contendientes "han esperado 16 años" para que se atiendan sus demandas, especialmente las referidas a lotes de tierras agrícolas para explotarlas y sostener a sus familias. Estas demandas fueron incluidas en las promesas electorales de Ortega, con lo que se ganó las simpatías de una parte importante de quienes antaño fueron sus enemigos, miembros de la contra financiada por Estados Unidos, y luego olvidados por los Gobiernos conservadores que sucedieron a los sandinistas.

El actual Ejecutivo estará representado en la comisión por Nelson Artola, presidente del Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), que coordinará con alcaldías y ministerios del Estado la ayuda a los ex combatientes.