Túnez revela que el 'comando' salafista desarticulado hace unas semanas planeaba atentar contra embajadas
Las legaciones de EE UU y Reino Unido figurarían entre los objetivos, según fuentes diplomáticas occidentales
El Gobierno de Túnez ha reconocido hoy que el comando que desarticuló a finales de diciembre y principios de este mes estaba integrado por presuntos terroristas de inspiración salafista que tenían intención de atentar contra embajadas extranjeras en el país magrebí y personal diplomático. Las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido figuraban entre los objetivos del grupo, han indicado medios diplomáticos occidentales.
El ministro tunecino del Interior, Rafik Haj Kacem, ha revelado que este grupo salafista guardaba en su poder planos de embajadas y nombres de diplomáticos que iban a ser objeto de atentados. El ministro ha precisado que seis terroristas lograron penetrar en Túnez por la frontera argelina con armas de guerra y se unieron a otro grupo formado por 21 tunecinos para preparar una serie de atentados. Los servicios de seguridad lograron descubrir al comando y, en una primera operación efectuada el pasado 23 de diciembre en la periferia de Túnez, mataron a dos de sus integrantes y detuvieron a otros dos.
A raíz de esa operación, que tuvo como escenario la localidad de Haman Lif, el Ejército y otras fuerzas de seguridad se movilizaron en persecución del comando y lo localizaron en la aldea de Soliman, a unos 50 kilómetros al sur de Túnez. Doce miembros del grupo salafista fueron abatidos en esta segunda operación, desarrollada el 3 de enero, en la que resultaron detenidos otros quince.
En un primer momento, el Gobierno tunecino trató de restar importancia a ambas operaciones y las relacionó con la desarticulación de una red de tráfico de drogas, preocupado por el impacto internacional que podía tener lo ocurrido en un país que vive en gran parte del turismo. A partir del 5 de enero las lenguas empezaron a destrabarse y la prensa comenzó a referirse por primera vez al terrorismo de inspiración integrista.
La desestabilización del régimen tunecino figuraba hace tiempo en los planes de Al Qaeda para el norte de África, tal y como hicieron saber los servicios de seguridad argelinos a sus colegas de Túnez. Los salafistas argelinos empezaron a acoger yihadistas tunecinos en sus campamentos a partir de la invasión de Irak, y una parte de ellos se enroló con los insurgentes iraquíes, según datos de la seguridad argelina.
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