La cumbre iberoamericana concluye con un compromiso sobre inmigración y récord de ausencias
Zapatero ensalza el consenso ante la inmigración basado en la legalidad
La XVI Cumbre Iberoamericana se ha clausurado hoy en la capital uruguaya, Montevideo, tras dos días de debates que han tenido como eje central el fenómeno de la migración. Los asistentes al cónclave, al que no han acudido Fidel Castro, el brasileño Lula, el venezolano Hugo Chávez y el peruano Alan García, han cerrado un Compromiso sobre Migraciones y Desarrollo en el que piden a Europa que no cierre sus puertas a la inmigración y mejore las condiciones de vida de los ciudadanos forzados a emigrar al Viejo Continente por la situación económica en sus países de origen.
Los gobiernos de los 22 países iberoamericanos han firmado la Declaración de Montevideo, el Compromiso sobre Migraciones y Desarrollo, además de una Carta Cultural y una docena de declaraciones especiales sobre asuntos puntuales de Iberoamérica. "Como uruguayo y como iberoamericano, estoy recontento", ha declarado el secretario general de la comunidad iberoamericana, Enrique Iglesias, sobre los resultados de esta cumbre.
En el transcurso de la cita, el rey Juan Carlos ha aceptado la petición del presidente argentino, Néstor Kirchner, para que "facilite" una solución al conflicto uruguayo-argentino por la construcción de dos plantas de celulosa, una de ellas de capital español, en la frontera entre ambos países.
Uno de los puntos más criticados de la cumbre ha sido la retransmisión en directo de las sesiones, ya que ha impedido la discusión abierta entre los participantes e impelido a los mandatarios a hacer discursos para la galería.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha expresado su satisfacción con los resultados de la cumbre y ha destacado la estrategia consensuada para lidiar contra los flujos migratorios basada en la "cooperación, la legalidad y el derecho de los emigrantes". Para el presidente del Gobierno, la emigración debe suponer una "oportunidad" tanto para el país emisor como para el receptor, pero ha advertido de que esto sólo es posible si se lleva a cabo dentro de los cauces de la legalidad, única manera de garantizar que se respetan los derechos de los trabajadores.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, ha recogido el testigo, como organizadora de la cita del año próximo, en la que la cohesión social será el tema central.
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