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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"La idea en Cuba es fija: Espera, tiempo y paciencia"

ELPAIS.es invita a sus lectores a enviar sus comentarios sobre el presente y futuro cubanos

En los últimos días la situación en Cuba ha despertado el interés mundial. Es por esto que ELPAIS.es solicitó a sus lectores Cubanos o residentes en la isla que enviasen una perspectiva de la situación. Aquí presentamos un compendio de las comunicaciones recibidas.

Al estilo chino

A muchos de los cubanos de adentro y de afuera nos ha tomado de sorpresa el 'hecho', mas que las "consecuencias" del mismo. Todavía no sabemos bien que es lo que va a pasar cuando "se muera". Supuestamente será el PCC quien lleve las riendas del país. Por mucho que le incomode esto a alguna gente, es una opción mucho mejor que la de caer de nuevo en el caudillismo de un líder con carisma.

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Sin embargo, la situación actual del comandante no está clara, y hay muchas contradicciones en todo este "proceso". En primer lugar, es un poco raro que la televisión o por lo menos la radio no haya transmitido un mensaje suyo en vivo al pueblo para "calmar los estados de animo". Sólo han leído un "comunicado", supuestamente escrito por Él. En segundo lugar, nadie sabe donde está ni que está haciendo su hermano. Nada, silencio total. En tercer lugar, está "la noticia". La prensa en cuba nunca había sido tan gráfica a la hora de informar sobre los problemas, no ya del comandante, sino de cualquier figura más o menos trascendental. El hecho de que la prensa haya publicado así tan crudamente "hemorragia intestinal" (sin decir el motivo) ha dado lugar a que la noticia parezca mas real, mas creíble, y a que los "analistas" se dediquen a "adivinar" los posibles motivos de la enfermedad en vez de preguntarse si el comandante esta realmente vivo o si todo es una trama para que el traspaso de poderes "post-mortem" ocurra con tranquilidad y sin entrar en un estado de histeria colectiva.

Esperemos que sea un proceso de transformaciones lento, comenzando con Raúl y el PCC haciendo reformas tímidas al estilo chino y dejando poco a poco el camino a las nuevas generaciones para que construyan un país mas democrático, con mas libertades y con una economía que permita la creatividad individual pero que preserve los "logros sociales" que construyó la revolución cubana. Este escenario solo será posible si Latinoamérica y la Unión Europea reconocen, apoyan, y además ayudan al nuevo gobierno "post-Fidel".

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Oscar Lopez Pedraza, Bruselas.

Unidad para seguir trabajando

La enfermedad de Fidel Castro ha demostrado dos cosas: la abismal diferencia moral, ética y humana entre el pueblo cubano y una parte de los cubano-americanos que residen sobre todo en Miami, cuyas expresiones en estos días han suscitado el rechazo no sólo de los que vivimos en la Isla sino de muchos en todo el planeta.

Y lo más importante: ha quedado demostrada con creces la verdad muchas veces proclamada de que la inmensa mayoría de los cubanos apoyan a Fidel y a la Revolución. En lugar de los "ríos de sangre", las "emigraciones masivas" y la "caída del régimen", hay ríos de solidaridad, mucha unidad, mucha disposición de seguir trabajando y luchando con absoluta normalidad, a pesar de la conmoción y la preocupación por la salud del líder cubano. Y también mucha decisión de defender al país de cualquier intento de agresión externa.

Edda Diz Garcés, La Habana.

Inaudibles susurros

Hoy en Cuba nadie comenta en calles y parques; solo inaudibles susurros en las alcobas muy entrada la noche. La desconfianza en niveles alarmantes. La gente tiene rostros inexpresivos; ni alegres ni luctuosos, y eso preocupa, pues no se sabe qué será peor. La espera y ver pasar del tiempo "bien recogiditos" es la mejor opción. No hay que provocar, ni dejar que lo hagan con uno. Salidas; las imprescindibles. Refugiados "en casita" teniendo como mejor aliado el paso del tiempo. Recordemos que hablamos de medio siglo de espera; de tres generaciones. En la calle nadie sabe, y hay que preguntarse si quieren saber. Y el que sabe,…sabe que su prioridad ahora consiste en que los demás no sepan; al menos por el momento. Parece un juego, si no fuera por lo que realmente está en juego.

La incertidumbre, el temor, la ansiedad y la tensión están al máximo; provocado en gran parte por el aumento gradual pero constante de patrullas policiales y de las "SS revolucionarias" en todos los barrios de las principales ciudades, y sobre todo en la capital.

Así; la idea es fija, recurrente: Espera, tiempo y paciencia; y no sin temores: Los acólitos porque saben que sus privilegios están en juego. Los tontos útiles, porque temen les devuelvan los actos de repudio, y las agresiones se vuelvan en su contra. Los de doble moral, esperando por donde sopla el viento. La gran mayoría; por suerte para esta tierra, esperan con el temor de ver frustradas sus aspiraciones una vez más, pero con la firmeza de despojarse de todo odio; ejercer el perdón y comenzar de nuevo por el bien de las futuras generaciones.

Todos saben que es el principio del fin; solo que los de buena esperamos que los acontecimientos se desarrollen sin violencia y no nos sobrepasen, y que Cuba… "sea de todos y para el bien de todos".

Desde Miami.

Fidel, la causa de mi neurosis

Parecía como si la muerte hubiera decidido hacerle caso al nobel de literatura José Saramago y, sencillamente, no aparecer ni cumplir sus funciones. Quizás, por esas intermitencias de la muerte, siempre había creído, tal vez a nivel de ese inconsciente jungiano, en la inmortalidad de Fidel. Claro, hasta ahora que me despiertan de ese letargo, las noticias de su enfermedad. Y es entonces cuando llegan las reflexiones.

Creía que odiaba a Fidel. Pero, ¿cómo aborrecer a un personaje que, en gran medida, ha vivido contigo toda tu vida? Porque en realidad, Fidel (aunque él no lo sabe) ha regido mis destinos. Gracias a Fidel formé parte, durante toda mi infancia, adolescencia y adultez temprana, de un gran experimento, que afuera llaman "Revolución Cubana." Y, (de nuevo debo dar gracias), por esta casualidad de mi destino, es que ahora, puedo ahorrarme unos cuantos dólares en visitas al sicoanalista, porque de antemano sé exactamente la causa de mis neurosis, mis alteraciones de carácter y también de mis fracasos: Fidel Castro.

Tuve que ir muchos domingos con mi madre a cortar caña en camiones rusos, con alegría revolucionaria. Luego, con el mismo entusiasmo, sembramos café hasta en los espacios verdes de las carreteras y autopistas. Debo decir que con ese mismo empeño y voluntariedad participé en las diferentes campañas revolucionarias. Contra el dengue y los mosquitos trasmisores; a favor de las vacunas; contra los gusanos que se van del país; defensa contra ataques aéreos inminentes. Todo esto y aún no sobraba petróleo para mantener alumbradas las casas, ni el azúcar o el arroz para eliminar las "libretas de alimentos," o el dinero para comprar ropas, zapatos y juguetes.

En 1996, debo dar gracias de nuevo a Fidel, porque sin él jamás hubiera decidido marcharme de mi país. Sin él, quizás nunca hubiera tenido que separarme de toda mi familia y vivir totalmente sola con mis hijos. Debo agradecerle porque mi esposo no tiene que soportar a su suegra, yo no tengo que cuidar a mis sobrinos y primos (que ni siquiera conozco) y tampoco someterme al escrutinio del clan familiar.

Con este historial nadie se sorprende que todos los días amanezca con un invento nuevo, que me obsesione con empresas quijotescas, que padezca de un extraño síndrome antisocial o que imagine personajes misteriosos que me persiguen y escuchan mis conversaciones y que hasta hable con los animales, especialmente con las vacas. Gracias a Fidel soy insanamente feliz, obstinada, sé reconocer a un Aedes Aegipty de un mosquito común, sé armar una AK 47 rusa, sé hablar ruso, sé cortar caña, recoger papas, tirar huevos, repetir consignas, correr al refugio más cercano cuando suene la sirena. Puedo vivir sin luz eléctrica, sin comida, sin mi familia y sin zapatos.

Nieves de los Ángeles Vázquez, Puerto Rico.

Una Cuba donde quepamos todos los cubanos

La repentina operación quirúrgica que ha alejado "temporalmente" a Fidel Castro de sus poderes absolutos, ha resultado sorpresiva para todos. Digo esto a pesar de que los intentos por dotar a Raúl Castro de un aura de liderazgo que nunca tuvo, así como las alusiones oficiales cada vez más frecuentes a la inevitable sucesión, hacían pensar que la dictadura cubana se preparaba ya para enfrentar una situación como esta. Sean cuales sean las circunstancias que han obligado a Fidel Castro a depositar en su hermano los poderes que durante las últimas casi cinco décadas ha ejercido ininterrumpidamente, lo que está claro, a la luz de los propios acontecimientos, es que su vida definitivamente está en serio peligro, pues de lo contrario no se habría llegado a una situación como la que estamos viviendo, en la que el régimen se esfuerza por ofrecer planes de continuidad mientras trata, a través de fantasmagóricas cartas de autoría incierta, hacer creer a la opinión pública que el dictador está ausente pero vivo y que no tardará en recuperarse.

Las reacciones a la situación entre la disidencia interna y el abundante exilio cubano (fundamentalmente radicado en la ciudad de Miami) no se han hecho esperar. Las emocionantes imágenes de los exiliados cubanos, clamando esperanzados por una Cuba Libre, han dado la vuelta al mundo. Mientras que los grupos más importantes de la disidencia interna se muestran cautos, concientes del peligro (mayor que el de costumbre) que corren en estos momentos. Que nadie piense que está entre los planes de Raúl Castro propiciar una transición pacífica hacia la democratización del país. Igualmente, que nadie crea que el régimen puede sobrevivir al dictador. De modo que tras la desaparición de éste, sólo las presiones internacionales y fundamentalmente el papel de la incipiente sociedad civil cubana, podrán lograr que se produzca el final que todos esperamos: una Cuba donde quepamos todos los cubanos.

Sergio López Madrigal, España.

Sería un error que EE UU volviera a tener un peso específico

No hemos de olvidar la intención que los EE UU han mostrado a lo largo de la historia de Cuba por convertirla en un estado más de su imperio siguiendo el ejemplo aplicado a Puerto Rico y que tuvo su punto álgido en la historia a través del "fraude" del Maine. Ante la situación creada por EE UU a raíz de su intento de invasión de la isla después de la rotura de relaciones. El embargo apoyado por la presión de los exiliados y mitigado con la reactivación del turismo solamente sirvió para poner de manifiesto que los ciclos políticos así como los económicos tienen una duración limitada, y en mi opinión éste ha sido el gran error de Castro, no saber retirarse a tiempo y empecinarse en el liderazgo de un país que cuenta con muchos recursos económicos y una masa social muy bien preparada. En el caso del deceso de Castro, todo dependerá de las nuevas generaciones de políticos y de su actitud ante un deseable cambio de régimen. Eso sí, sería un error que EE UU volviera a tener un peso específico en ese cambio, son los cubanos que durante décadas han resistido todos los avatares que sus dirigentes les han impuesto los que han de decidir su futuro, y eso pasa por una transición pacífica y de consenso, y por preservar la total independencia de la isla ante la presumible voracidad y revanchismo de quienes por motivos diversos emigraron de la isla.

Cuba, no podrá llevar a cabo ese proceso de reunificación nacional si no cuenta con apoyos que puedan hacer frente a un retroceso a los años de Batista, que dieron lugar a un país en el que el analfabetismo y la mafia del juego, sumieron al país en unos niveles de pobreza solamente comparables con lo que muchos países del tercer mundo padecen actualmente.

Bernardo Peña Díaz, Girona, España.

La situación en Cuba es normal

La situación en Cuba es normal completamente. Deseamos una pronta recuperación de Fidel, pero estamos seguros que seguiremos adelante porque sabemos que debemos preservar las virtudes del proceso para el bien de nuestros hijos. Yo pienso que la mayor parte de nuestra población comparte esta opinión porque es lo veo en las calles en estos momentos. Nosotros hemos resistido mucho los intentos de matarnos por hambre y enfermedad por parte del gobierno de Estados Unidos y no pensamos amilanarnos ante esta situación. Fidel ha sido el guía de este proceso, por lo que estaremos eternamente agradecidos. Tenemos confianza en nuestro futuro.

Alina López, La Habana, Cuba.

Los cubanos estamos preocupados, serenos y alertas

En Cuba todo transcurre con normalidad, el pueblo esta preocupado por la salud de Fidel, porque se trata de un líder a la que los cubanos idolatramos por su firmeza, valentía, honestidad y pulcritud moral de esas que hoy en el mundo es difícil ver en un mandatario. Por otro lado el pueblo está seguro de su restablecimiento porque conocemos de su ímpetu, fuerza, voluntad inquebrantable y capacidad de sacrificio y siempre ha salido airoso. Estamos alerta porque los Estados Unidos está al acecho, esperando que una situación como esta le dé la oportunidad de aplastarnos. Pareciera que los yanquis son tan ignorantes de la historia que aún no saben como este Fidel ha ido preparando a este David para enfrentar al Goliat prepotente, asesino, abusador y cobarde.¿Que Fidel entregó los cargos debido a su enfermedad? ¿y Qué?. Este es un proceso de un pueblo no de un hombre, un pueblo que sabe que su enemigo lo quiere invadir, destruir sus avances que hoy nadie se atreve a negar, un pueblo que sabe lo que tiene y lo que vale y por eso lo va a defender, es por ello que los cubanos estamos preocupados, serenos y alertas.

Jorge Rodriguez Ortiz, La Habana, Cuba.

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