Hezbolá lanza más de 180 misiles sobre Israel después de que Olmert negara su capacidad
El primer ministro israelí asegura que su Ejército ha conseguido "destruir enteramente la infraestructura" de la guerrilla chií
La ofensiva israelí en Líbano ha conseguido "destruir enteramente la infraestructura" de la guerrilla chií de Hezbolá y ha obligado a huir a toda la población que le brinda su apoyo. Así lo cree el primer ministro israelí, Ehud Olmert, que cita como prueba la reducción del lanzamiento de misiles Katiusha sobre territorio israelí. En un desmentido de las palabras de Olmert, Hezbolá ha desatado la mayor ofensiva contra Israel desde que comenzó la crisis con el lanzamiento de más de 180 cohetes sobre Israel, alguno de ellos a gran distancia de la frontera, matando a una persona.
"Creo que Hezbolá ha sido en gran parte desarmada gracias a la operación militar de Israel", ha declarado en una entrevista con Reuters. "La infraestructura de Hezbolá ha sido enteramente destruida. Más de 700 posiciones de comandos han sido barridas por el ejército israelí. Toda la población que constituye la base de poder de Hezbolá ha sido desplazada", ha asegurado Olmert. La prueba de todo ello es que se ha reducido mucho el número de lanzamiento de cohetes, dice.
No obstante, ha asegurado que el ejército israelí seguirá luchando contra Hezbolá hasta que se despliegue una fuerza internacional en la zona, que habrá de ser "robusta" e incluir "unidades de combate", capaz de actuar con contundencia y controlar el territorio por medio de la fuerza. El ministro israelí de Justicia, Haim Ramon, ha declarado poco después que la ofensiva durará "hasta finales de la semana que viene", en torno al 12 de agosto.
Sin embargo, los hechos han desmentido las palabras del primer ministro israelí. Hoy mismo, Hezbolá ha lanzado su mayor ataque contra Israel desde el comienzo de la guerra hace tres semanas. Dos oleadas de misiles Katiusha -en total, más de 160- han caído sobre el norte de Israel. Al menos una persona ha muerto y 14 han resultado heridas, según fuentes médicas. Posteriormente Hezbolá ha anunciado que ha disparado una segunda ronda de cohetes Jaibar-1 contra la localidad israelí de Afula, en el centro del país y al sur de Haifa.
Entre las poblaciones atacadas también está la de Bet Shean, situada a unos 70 kilómetros al sur de la frontera, el punto más lejano de Israel donde se han sentido los disparos de Hezbolá. Dos misiles Katiusha han caído en la ciudad cisjordana de Yenín, a 75 kilómetros de la frontera. Los lanzamientos de hoy se producen después de dos días de relativa calma, en los que apenas han caído una decena de cohetes. Desde el inicio de la crisis, más de 1.700 misiles han caído sobre Israel, matando a 18 personas.
Se recrudecen los combates
Pese a que, según el primer ministro, Hezbolá ha sufrido grandes daños por la operación del ejército israelí, la guerra en Líbano no tiene un día de tregua. Durante una operación en la ciudad de Baalbek, en el este del Líbano, soldados de élite israelíes han matado a 10 personas y capturado a cinco. El jefe del Estado Mayor israelí, el general Dan Haloutz, asegura que los capturados y los muertos son milicianos de Hezbolá, mientras que ésta dice que son "ciudadanos". La captura de cinco milicianos podría abonar la posibilidad de un intercambio de prisioneros con los que Israel podría recuperar a los dos soldados que fueron secuestrados por milicianos chiíes el pasado 12 de julio, incidente que dio origen a la actual guerra.
Mientras, las ofensivas militares israelíes, en las que participan 7.000 soldados judíos, continúan e incluso se recrudecen en el sur del país. Además, el ejército israelí bombardea supuestas posiciones de Hezbolá por todo el territorio. Fuentes israelíes han informado de la muerte de al menos siete milicianos en los enfrentamientos. Por su parte, Hezbolá afirma haber destruido tres tanques israelíes cerca de la localidad de Adisa, cuyos "ocupantes han resultado muertos o heridos".
Bombardeos en Gaza
Aviones israelíes han bombardeado, esta noche, la central de Hamás en Gaza. El Ejército israelí sostiene que los militantes de la organización palestina utilizan esta sede para vender armas. Por su parte, fuentes de la seguridad palestina han asegurado que el edificio ha quedado destruído. Por el momento, no hay noticias de heridos o víctomas mortales.
El Ejército israelí ha matado a 154 palestinos, la mayoría civiles, desde el comienzo de la ofensiva, tras el secuentro de un soldado israelí el pasado 25 de junio.
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