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"No ha habido tregua, sólo tiros"

El último episodio de la crisis en Oriente Próximo se desató el 13 de julio. Israel respondió a la captura de de dos soldados y a la muerte de ocho en un ataque lanzado por la milicia integrista libanesa de Hezbolá bombardeando el país árabe. ELPAIS.es recoge testimonios de miembros de ONG que están viviendo el conflicto en primera persona.

Jean Christoph Saint-Esteban, coordinador de Movimiento por la Paz en Líbano

"Me he cambiado cuatro veces de piso debido a los bombardeos, estoy muy cansado porque hay días en los que apenas podemos dormir, ya que cada vez los aviones vuelan más bajo. Anunciaron dos días de supuesta tregua, pero no la hay, tan sólo tiros. Estamos muy estresados pensando que nos puede tocar a nosotros. Nadie tiene ninguna esperanza, ni cree nada de lo que dicen, y es que nada hace pensar que se vaya a encontrar una solución política al conflicto. Los dos bandos llevan 20 días atacándose mutuamente: uno empieza y el otro responde, y así llevamos tres semanas. Hoy los ataques de Hezbolá han sido duros. Estamos en Zaida, a 40 km de Beirut y 25 de la frontera de Israel. Por suerte el centro de la ciudad ha sido atacado sólo una vez, pero en los alrededores los ataques no cesan. Contamos con 70.000 desplazados refugiados en colegios, a los que les damos comida y productos higiénicos (MPDL y la contraparte local, con la ayuda del departamento de ayuda humanitaria de la Comisión Europea). Durante primeros 17 días la reacción de la ayuda fue tímida, ya que no había demasiadas organizaciones extranjeras, tan sólo las locales y nosotros. Pero eso está cambiando. Están llegando más ONG, y no sé si podremos seguir contando con todo el abastecimiento que nos facilita la Unión Europea. La ONU ya ha acudido, pero me da miedo porque no estoy seguro de que la ayuda que presten sea la apropiada, ya que este es un país muy particular. Hay que adaptar la ayuda, siempre se necesita más comida y en el futuro la situación del agua será preocupante."

Óscar Sánchez Piñeiro, coordinador de ACNUR en Líbano

"Tenemos 500.000 toneladas de material humanitario esperando para entrar en el país, pero tenemos que buscar una ruta alternativa porque hay riesgo de que bombardeen los camiones. Hay 700.000 desplazados, de los cuales 150.000 se encuentran en un estado vulnerable, crítico, porque han abandonado sus casas sin ni siquiera una maleta. No tienen nada, llegan sin saber dónde están, dónde dormirán o dónde podrán conseguir la siguiente comida. Beirut era una ciudad alegre antes de la guerra, pero sus habitantes han abandonado sus casas y se han ido a las montañas. La gente está muy deprimida, porque antes de esta guerra tenía esperanzas de salir adelante, era optimista y veía la posibilidad de mejorar. La guerra ha resucitado los antiguos demonios. El comportamiento de los ciudadanos libaneses está siendo ejemplar porque recogen en sus casas a los desplazados, y el gobierno nos está dando una asistencia muy buena. Además el trabajo de Cruz Roja en la zona de conflicto abierto es increíble. Intentamos darles especial atención a las mujeres, los niños y los ancianos, que son los que más sufren en una guerra, pero con el conflicto es inevitable que crucen la frontera. Por Siria ya han pasado 100.000 libaneses, pero la cifra aumentará con el tiempo."

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