El accidente de avión en Siberia podría deberse a una avería en el sistema de frenos del aparato

Fuentes de la investigación sobre el accidente de avión ocurrido en la madrugada de ayer en Rusia apuntan a un fallo en el sistema de frenos del aparato como la posible causa del siniestro en el que han perdido la vida al menos 124 personas. El Airbus 310 de la aerolínea rusa Sibir se estrellaba la pasada madrugada poco después de tomar tierra en Irkutsk, una ciudad turística de Siberia. A las 2.50 de la mañana hora local el aparato se salía de la pista y estallaba. A bordo viajaban 204 personas, entre las que se encontraban 193 pasajeros y ocho miembros de la tripulación, además de otros tres viajeros que no figuraban en las listas.

El vuelo 778 había partido el sábado por la noche de Moscú con destino a Irkutsk. Tras aterrizar, el aparato no frenó, atravesó un muro y chocó contra unos edificios cercanos, estallando en llamas. Tan sólo 11 personas pudieron escapar a través de una salida de emergencia; el resto de heridos fueron rescatados con quemaduras e intoxicación por humo, según han informado los equipos de emergencia. Las últimas informaciones apuntan a que unas 70 personas habrían sobrevivido a la tragedia.

Al menos de 55 personas permanecían hospitalizadas este domingo por la noche, mientras que la suerte de otras 12 aún se desconoce al continuar desparecidas, por lo que el balance de víctimas podría aumentar a 136 personas. Según la agencia de noticias Interfax, las labores para identificar los cuerpos de las personas muertas empezarán hoy por la mañana.

En el vuelo viajaban 14 niños menores de 12, que iban a pasar sus vacaciones al lago Baikal, un destino veraniego muy popular en rusa. Además, había 12 pasajeros extranjeros: tres alemanes, tres chinos, dos polacos, dos azerbaiyanos y dos bielorrusos, entre otros. Entre los heridos hay un niño de tres años y otro de nueve, y los dos polacos, dos bielorrusos, un alemán y un azerbaiyano.

Día de luto

El ministro de Transportes, Igor Levitin, ha explicado que los pilotos del aparato tuvieron tiempo para comunicar a los controladores aéreos del aeropuerto que habían aterrizado sin problemas; luego se cortó el contacto por radio. Levitin ha dicho también que la pista estaba mojada por la lluvia. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Emergencias, Irina Andrianova, ha señalado que "el avión viró en la pista cuando llevaba una velocidad terrorífica", y luego se salió de ella.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado un día de luto (este lunes) por las víctimas y ha ordenado abrir una investigación para conocer las causas del accidente. Pero por ahora, los cerca de 600 miembros de los equipos de rescate se afanan aún entre los restos humeantes del aparato, del que sólo queda entera la parte posterior.

El pasado mes de mayo, un avión Airbus 320 de la aerolínea armenia Armavia se estrelló en el mar Negro con 113 personas a bordo cuando volaba desde Yerevan hasta Sochi. Todo el pasaje murió en el accidente, que se debió según las primeras pesquisas al mal tiempo. Hace menos de dos años, un Tupolev 154 de la aerolínea Sibir fue derribado por terroristas chechenos; 89 personas murieron en el atentado.