La policía reprime con violencia las protestas en Nepal
El monarca aseguró ayer que devolvería el poder ejecutivo al primer ministro que decidieran los partidos políticos, como paso previo a la convocatoria de elecciones
La alianza de siete partidos que conforma la oposición en Nepal ha rechazado hoy de forma terminante la oferta del rey Gyanendra, que ayer le pidió que propusiera a una persona para asumir el cargo de jefe del Gobierno en este país asiático. La intención del monarca era "devolver al pueblo" el poder ejecutivo hoy mismo. Sin embargo, las protestas para lograr el reestablecimiento de la democracia continúan, tras 15 días de huelga general y 14 muertos. Hoy, la policía ha vuelto a emplear la violencia y unas 150 personas han resultado heridas, según la oposición.
En un comunicado conjunto tras la reunión de sus principales líderes, la oposición ha indicado hoy que no formarán Gobierno a menos que el rey "acepte" sus peticiones y ha pedido a las fuerzas de seguridad que no repriman las movilizaciones de forma violenta. En una reunión celebrada en la casa del líder del Congreso Nepalí, Girija Prasad Korala, los partidos decidieron continuar con las movilizaciones hasta que se cumplan" las demandas del pueblo" y el acuerdo programático que alcanzaron con la guerrilla maoísta.
Los maoístas llegaron en noviembre a un acuerdo con la oposición nepalí para la convocatoria de unas elecciones a una Asamblea constituyente a fin de salir de la crisis y se comprometieron a renunciar a la violencia en caso de lograrlo. En su mensaje televisado a la nación, Gyanendra aseguraba ayer que, tras la designación de "un primer ministro, que tendrá la responsabilidad de dirigir el Gobierno", se deberían convocar elecciones "cuanto antes para la activación de los órganos representativos". Pero a la oposición no le parece suficiente.
Protestas reprimidas
En las calles, y pese al toque de queda, más de 100.000 personas se manifiestan contra el rey. Ayer la policía y el Ejército no intervinieron, pero hoy han vuelto a reprimir las protestas con violencia y gases lacrimógenos. Las autoridades han cortado además los servicios de telefonía móvil en todo el país. Según la oposición, 150 personas han resultado heridas.
En el comunicado conjunto divulgado hoy, la oposición nepalí señala que las manifestaciones se han tornado en ocasiones violentas por "las infiltraciones" de agentes del Gobierno, al tiempo que muestra su solidaridad hacia las dificultades que atraviesan los nepalíes por la huelga general, comenzada hace más de dos semanas.
La alianza opositora decretó la huelga general para forzar al rey a ceder los poderes absolutos de los que se invistió en febrero de 2005, cuando disolvió el Gobierno y el Parlamento.
Un régimen autoritario
Gyanendra llegó al trono de este país de unos 25 millones de habitantes en 2001 tras la espantosa matanza palaciega realizada por el príncipe heredero, quien al suicidarse dejó el trono a su tío. Durante todos estos años, su único logro ha sido unir a todo el país contra su autarquía.
En 2005, el rey alegó "los derechos" que le concede la Corona para asumir plenos poderes, declarar el estado de emergencia, limitar la libertad de expresión, de asociación y de prensa, y colocar bajo arresto domiciliario a medio centenar de diputados y miembros del Gobierno. La excusa para esta decisión fue la "incapacidad del Gobierno" para hacer frente a la guerrilla maoísta, que desde 1996 luchaba contra el Ejército real para derrocar la monarquía e instaurar una república comunista igualitaria.
Cerca de 15.000 personas han perdido la vida en 10 años de conflicto. La guerrilla declaró a finales del año pasado una tregua unilateral para apoyar los intentos de la alianza opositora de encontrar una salida negociada a la crisis.
Annan aplaude la decisión
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha aplaudido la decisión del rey Gyanendra de devolver el Poder Ejecutivo al pueblo y espera que esta medida resulte en un "restablecimiento rápido de la democracia".
En un comunicado ha manifestado que ahora "dependerá de las partes decidir las modalidades de la transferencia del poder en una manera oportuna, ordenada y responsable".Annan ha señalado que espera que ello suponga el fin del conflicto y que tenga como resultado "un restablecimiento rápido de la democracia y una paz duradera a través de un proceso de diálogo participativo".
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