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La comisión de investigación del Senado de Brasil enfrenta a dos miembros históricos del partido de Lula

La comisión del Senado brasileño que investiga la trama de corrupción del Partido de los Trabajadores (PT) vivió ayer una de sus sesiones más tensas, con el enfrentamiento de dos históricos miembros del PT por un asunto que atañe por primera vez directamente al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y a su familia.

De un lado Pablo Okamoto, actual presidente del Servicio de Ayuda a las Pequeñas Empresas (Sebrae), con 25 años en el partido, a cuya dirección había pertenecido. Fue tesorero del mismo sindicato de metalúrgicos del que Lula era presidente. Había sido considerado el hombre de confianza en la sombra de Lula para recaudar fondos para sus campañas electorales.

Al otro lado, Paulo de Tarso Wenceslao, quien tras haber militado una vida en el partido fue expulsado por Okamoto, según Wenceslao, por haber denunciado el esquema de corrupción en las alcaldías presididas por hombres del PT, que investiga en este momento la comisión del Senado. Wenceslao fue encarcelado por la dictadura militar de 1969 a 1975 y varias veces torturado. El ex petista, que había coincidido en mil batallas y reuniones del partido con Okamoto, acusó a éste de ser el hombre de finanzas de Lula y de haber pagado 24.400 reales (9,345.68 euros) de una deuda del ahora presidente en 2002, así como 26.000 reales a una hija de Lula, Luria Cordero, y 24.800 a su hermano, Vicente Paulo da Silva.

Se presume que dicho dinero, que Okamoto insiste en que pagó de su bolsillo, eran fondos ilegales del PT. Wenceslao acusó a Okamoto de haber participado en el presunto esquema de recaudación ilegal de fondos, que el PT había organizado en las alcaldías, sobre todo a través de las empresas de recogida de basura y de transportes.

Para explicar sus desavenencias con el partido, después de haber militado en él tantos años, Wenceslao contó que a partir de 1995 hubo un acuerdo entre Lula y José Dirceu, para sacar al PT del mundo obrero y acercarlo a la clase media. Que para ello necesitaron mucho dinero y que ahí comenzó el uso de fondos ilícitos. Según Wenceslao, a partir de entonces el PT traicionó sus orígenes obreros.

Okamoto se presentó ante la comisión del Senado con un habeas corpus concedido por el Tribunal Supremo, que le permitía no responder a las preguntas de los senadores si consideraba que podía perjudicarle. El Supremo impidió repetidas veces la violación del secreto bancario de Okamoto, solicitado por la comisión de investigación. Dicha comisíón argumenta que si Okamoto no tiene nada que ocultar en sus préstamos a Lula y su familia no debería oponerse a desvelar sus cuentas.

El senador Jefferson Peres, del Partido Democrático de los Trabajadores (PDT), afirmó ayer que los silencios de Okamoto ante la comisión de investigación "van a hacer sangrar a Lula durante la campaña electoral".

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