Los sondeos a pie de urna confirman a Hamás como segunda fuerza política en Palestina
El Movimiento de Resistencia Islámica obtendría un apoyo del 30%.-La participación ha sido del 77,69%
Los primeros sondeos a pie de urna divulgados al cierre de los colegios electorales en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este confirman la fuerte irrupción de Hamás en su primera participación en unos comicios. El movimiento islámico obtendría el 30% de los votos, situándose como segunda fuerza política en el Parlamento palestino, en el que Al Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, se alzaría con el 40% de representación.
Otro sondeo elaborado por Al Fatah concede a Hamás el 35% de los votos y al partido presidencial el 42%. Las cifras de estos sondeos son de cualquier forma indicativas pues, debido al doble sistema electoral en los territorios palestinos, tendrá un margen de error relativamente alto. El sistema palestino es una mezcla de proporcional a escala nacional y mayoritario en las circunscripciones. Quizá por eso Hamás ha preferido evitar cualquier reacción hasta que no comience el recuento y la publicación de datos oficiales, que no esperan hasta dentro de al menos 24 horas. También EE UU y Europa aguardan con expectación los resultados, pendientes de si el movimiento islámico entra o no en el futuro Ejecutivo palestino.
Coincidiendo con la publicación de las primeras proyecciones de voto, centenares de seguidores de Al Fatah han salido a las calles de Gaza para celebrar la victoria de su partido. Muchos de ellos han portado banderas amarillas, el color de Al Fatah, han coreado consignas y han anunciado la "victoria de los palestinos".
Alta participación
La jornada ha transcurrido con absoluta normalidad y la participación ha sido del 77,69%, según datos de la Comisión Central Electoral (CCE). "El proceso ha discurrido con total tranquilidad y el pueblo palestino ha expresado de forma civilizada y con un alto sentido de la responsabilidad su voluntad", ha dicho la citada fuente. La participación en Gaza fue del 81,65%, mientras que en Cisjordania alcanzó el 74,18%, ha agregado la CCE.
Este mismo organismo ha informado esta mañana de que los más de 1.000 colegios han abierto sus puertas a las 07.00 hora local (06.00, hora peninsular española) y han cerrado 12 horas después, momento en el que se ha iniciado el recuento de los votos en cada uno de los colegios. En total son 1.341.000 los palestinos que se han registrado en el último padrón electoral, cerrado en agosto de 2005, y que incluye a 810.000 habitantes de Gaza y 531.000 de Cisjordania.
El nuevo gobierno
Estas son las segundas elecciones legislativas para la población palestina, que ya eligió a sus diputados por primera vez en 1996. En aquella ocasión, también se eligió al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), algo que no ocurrirá hoy porque las presidenciales se celebraron en enero de 2005, tras la muerte del histórico dirigente Yasir Arafat dos meses antes. Otra diferencia sustancial es que en 1996 los palestinos eligieron a 88 representantes para el Consejo Legislativo Palestino, ahora ampliado a 132, la mitad de ellos a elegir por sistema proporcional (listas nacionales) y la otra mitad por sistema mayoritario (voto directo al candidato por circunscripciones).
La elección del primer ministro no depende del porcentaje de votos, sino del presidente de la ANP, Mahmud Abbás. Aunque Abbás aseguró la semana pasada públicamente que entregará el poder al partido mayoritario, en los últimos días Estados Unidos y Egipto han propuesto al gobierno de la ANP la elección de Salam Fayad, según distintos medios de comunicación. Fayad, un ex funcionario del Fondo Monetario Internacional designado ministro de Finanzas en 2002 -dimitió para presentarse a los comicios-, es visto por Occidente como el candidato idóneo para gobernar por su transparencia administrativa. En respuesta a esas informaciones, la ANP ha rechazado cualquier injerencia en la formación del gobierno que salga de las elecciones legislativas palestinas.
Sin embargo, la máxima preocupación es que, por vez primera, la organización radical Hamás se presenta a los comicios y las encuestas le sitúan a escasa distancia de Al Fatah, que posee ahora mismo dos tercios de los asientos parlamentarios. Si finalmente Hamas obtiene el 30% que le dan las encuestas, será difícil que no entre de alguna manera en el Gobierno, aunque de momento no ha mencionado esta posibilidad. Su entrada en el Gabinete preocupa a la UE, que paga los sueldos de los funcionarios palestinos, y a EE UU. Ambos consideran a Hamás como una organización terrorista, por lo que sus relaciones con un Gobierno que la incluya se resentirían, en el mejor de los casos.
Más de 800 observadores enmarcados en 48 delegaciones y organismos internacionales supervisarán el desarrollo de los segundos comicios legislativos palestinos. Los grupos de observadores cubrirán casi cada una de las mesas de votación dispuestas para el proceso en los más de mil colegios electorales repartidos por Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
Incertidumbre sobre el papel de Hamás
Hamás, que ha prometido "limpiar" la corrupción gubernamental, supone un serio desafío para Al Fatah, que ha dominado el escenario político palestino durante décadas. Por ello, tras varias discusiones y conatos de rebelión interna, el partido de Abbas ha optado finalmente por unificar sus listas en una sola, en la que se junta la vieja guardia con la nueva generación, dirigida por Marwan Barghuti, quien figura a la cabeza en la lista de Al Fatah pese estar cumpliendo varias cadenas perpetuas en una cárcel israelí.
Israel ha amenazado con impedir de todas las maneras que Hamás alcance el poder, aun cuando Simon Peres, que espera volver al Gobierno después de las elecciones israelíes del 28 de marzo, ya se haya manifestado dispuesto a negociar con los radicales si abandonan las armas. Los países occidentales también se han apresurado a tomar posiciones. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, ha advertido a los votantes palestinos de que el terrorismo no es "el camino hacia la paz" y que "tener un pie en el terrorismo y otro pie en la política" no funciona.
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