El candidato de Lula, nuevo presidente del Partido de los Trabajadores

Aunque ha sido muy ajustada —con apenas dos puntos de ventaja—, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha respirado aliviado con la victoria de Ricardo Berzoini, su candidato, en la segunda vuelta de las elecciones internas a la presidencia del Partido de los Trabajadores (PT), celebrada el pasado domingo y cuyos resultados definitivos se hicieron públicos ayer.

Berzoini era el representante del Campo Mayoritario, el grupo que había dominado la dirección del partido durante 10 años bajo la presidencia de José Dirceu, hoy en riesgo de perder su escaño como diputado tras haber sido relevado como ministro de la Casa Civil y hombre fuerte de Lula. El contrincante de Berzoini, Raul Pont, de la corriente Democracia Socialista, reunía bajo su bandera a toda la izquierda que no se ha visto involucrada en los escándalos de corrupción.

Mientras Berzoini se mantiene fiel a la política económica neoliberal del Gobierno y es partidario de la reelección de Lula en los comicios del año próximo, Pont y la izquierda están a favor de un cambio del sistema económico y mantienen ciertas dudas sobre si Lula debería ser el candidato presidencial del partido. Lo condicionan a un cambio en el rumbo económico. Para Pont y la izquierda, el PT, con Lula en el Gobierno, se ha alejado de los principios que regían al partido en sus luchas sociales.

De cualquier forma, una votación tan estrecha, en un partido en el que el Campo Mayoritario solía ganar por un 60% de los votos desde hace más de 10 años, es un síntoma muy claro del desencanto de la base con la cúpula anterior, que tuvo que dimitir en bloque, acusada de corrupción. Lo afirmaba ayer el nada sospechoso Jaques Wagner, ministro de Coordinación Política y hoy hombre de confianza de Lula. Para Wagner, "los resultados muestran que la base no está de acuerdo con lo que ha acontecido. Hubo un relajamiento de la cúpula del partido con los preceptos morales. El resultado fue sorprendente" y añade que él mismo "pone la palma de la mano para recibir el castigo".

230.000 votantes

Unos 825.000 militantes del PT fueron convocados a las elecciones internas, pero, según el propio partido, el número de votantes no superó los 230.000, lo que supone una abstención cercana al 70%.

Sin duda, a partir de ahora el PT ya no va a ser el mismo. En la dirección, la correlación de fuerzas va a ser muy diferente a la habida hasta ahora, con una fuerte presencia de las corrientes de izquierda que, además, se sienten fuertes al no haber participado —estaban fuera del poder del partido— en los casos de corrupción tramados por la cúpula anterior.

Berzoini fue dos veces ministro de Lula, de Trabajo y de Seguridad Social. Hace años, pertenecía a la izquierda del partido, pero hoy está con la facción más conservadora. Es un apasionado polemista con la oposición y trata de minimizar la crisis por el escándalo de la subvención ilegal del partido alegando que, como ya había insinuado el mismo Lula, es un pecado de todos los partidos y no sólo del PT.

La diferencia, sin embargo, es que el PT llegó al poder con la esperanza de 50 millones de votos concedidos a su líder, Lula, de que en el futuro las cosas pudieran cambiar a favor de una mayor ética en la política y en la vida pública. Esto no ha sucedido, sino que, por el contrario, los escándalos han llevado a la crisis al mayor partido de izquierdas de América Latina.