Marruecos agrupa a los inmigrantes en un cuartel al sur del país y junto a la frontera mauritana
Entre 1.000 y 1.500 inmigrantes son transportados por Rabat en autobuses hacia el sur sin desvelar su destino final
La caravana de autobuses que transporta a más de un millar de inmigrantes hacia el Sahara Occidental se ha dividido para burlar la vigilancia de los medios de comunicación y de las organizaciones humanitarias, según ha denunciado una de éstas, Médicos sin Fronteras (MSF). Lo que no ha podido aclarar nadie aún es adónde se dirige este convoy.
MSF señala que cerca de 400 inmigrantes han sido reagrupados en campamentos militares marroquíes en el área de Guelmíne, algo al norte del Sahara Occidental. Además, funcionarios del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Mauritania se han dirigido según la ONG a la frontera con Marruecos en previsión de que hubiera llegado allí un convoy de seis autobuses.
EL PAÍS ha podido constatar que las autoridades marroquíes han conducido hasta la antigua colonia española a un millar de subsaharianos apresados cerca de Ceuta y Melilla. Los inmigrantes viajaban a bordo de 40 autobuses —entre cinco y 10 que salieron de Tetuán y 32 que salieron de Bouarfa—; las ONG que seguían el convoy elevaban la cifra de subsaharianos a más de 1.500, unos 40 por autobús.
La mayoría de los autocares se dirigían ayer a Smara, una ciudad a 300 kilómetros al este de El Aaiún, muy cerca del muro minado que separa el territorio ocupado por Marruecos de la zona controlada por el Frente Polisario. El resto continuó hacia Dajla, situada 700 kilómetros al sur, cerca de la frontera con Mauritania. Allí llegaron anoche en dos autobuses unos 70 inmigrantes, que fueron instalados en un antiguo cuartel militar español. Entre ellos había varias mujeres embarazadas y niños, según informan Tomás Bárbulo y Manuel Altozano.
El delegado del Frente Polisario en España, Brahim Gali, declaró ayer a este periódico desde los campamentos de refugiados de Tinduf, en la frontera de Argelia con el Sáhara Occidental, que la organización independentista estaba al tanto del transporte de los inmigrantes hacia un territorio que denominó "zona de guerra", sembrada de miles de minas. El Sahara Occidental permanece ocupado por Marruecos desde 1976, año en el que España abandonó el territorio. Esa ocupación no ha sido reconocida por la comunidad internacional.
Fuentes de la prensa local de Mauritania han indicado que el Gobierno de ese país se ha preparado para recibir a centenares de inmigrantes expulsados de Marruecos, a los que se facilitará su traslado hasta sus países de origen.
No quiero morir, soy demasiado joven
Mike Friday, un nigeriano de 25 años que viajaba en un grupo de dos autobuses con 70 personas, 10 de ellas niños, relató a través de un teléfono móvil su dramático camino hacia el sur y el desierto en las últimas 48 horas, informa Carlos E. Cué desde Melilla. Prácticamente no han hecho paradas y no les dejan salir del autobús ni les quitan las esposas. Cada llamada suena más angustiosa porque los militares marroquíes, asegura, se niegan a darles comida y sólo les ofrecen un poco de agua. "No quiero morir, soy demasiado joven, no quiero volver a mi país, pero prefiero eso a la muerte en el desierto, dígaselo", clamaba.
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