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Bush defiende que prohibir la tortura a presos de guerra complica su lucha contra el terrorismo

La medida la ha incluido el Senado en una importante partida presupuestaria del Pentágono que Bush amenaza ahora con vetar

Corren malos tiempos para el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que debilitado por los escándalos políticos de las últimas semanas ve como le puede estallar ahora en las manos una nueva crisis originada precisamente en uno de los fortines de mayoría republicana, el Senado. Por abrumadora mayoría (90 votos frente a 9), la Cámara Alta ha decidido modificar ligeramente la ley que permitirá engrosar las arcas del Pentágono con 440.000 millones de dólares adicionales. El cambio se limita a prohibir a los soldados estadounidenses que inflingan "un trato cruel, inhumano o degradante" a los prisiones bajo su custodia. La Casa Blanca ha rechazado la enmienda porque cree que es "reiterativa", y amenaza con vetar la ley y dejar sin esa importantísima partida económica al Pentágono. Sería la primera vez en cinco años que Bush ejerce su derecho a vetar una ley aprobada por el Congreso.

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El presidente se encuentra en una posición inestable como nunca antes durante su mandato. A las críticas que le han llovido por su ineficacia en la gestión de la crisis provocada por el huracán Katrina se le sumó el escándalo del posible caso de corrupción que afecta al líder de la mayoría republicana en la Cámara de los Representantes y a las críticas que le han llovido desde los sectores más derechistas de su partido por la candidata elegida para suplir una vacante en el Tribunal Supremo. Y por si faltaba algo, ahora el Senado, donde el partido republicano dispone de una cómoda mayoría. En el horizonte, por cierto, se encuentran las elecciones que el próximo mes renovarán un tercio de la Cámara Alta y la Cámara de Representantes al completo.

"Innecesaria y reiterativa"

Quizá con los comicios en mente, el Senado ha respaldado mayoritariamente la propuesta de un senador (republicano, para más inri), en concreto de John McCain, para instar a las tropas estadounidenses a que cumplan los procedimientos detallados en el Manual de Campo del Ejército e impidan el maltrato a detenidos. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, había advertido antes de la votación que Bush probablemente vetaría la ley de aprobarse con esa enmienda, al considerarla "innecesaria y reiterativa". En su opinión, las leyes ya existentes prohíben el maltrato a prisioneros bajo custodia estadounidense; sin embargo, añadió que ese cambio "limitaría la capacidad del presidente como comandante en jefe [del Ejército] para llevar a cabo de forma efectiva su guerra contra el terrorismo".

McCain, veterano de la guerra de Vietnam (pasó cinco años internado en un campo de prisioneros norvietnamita) y aspirante a la presidencia del país en las primarias del partido republicano, ha señalado que el Ejército "no se puede guiar por reglas ambiguas", según informa la cadena de noticias CNN en su página de Internet. "Pedimos [datos de] inteligencia sin decir nunca claramente a los soldados lo que está prohibido y lo que está permitido. Y luego, cuando las cosas van mal, les echamos la culpa y les castigamos por ello. Tenemos que hacerlo mejor", ha explicado. McCain ha hecho referencia a las imágenes publicadas en prensa de los maltratos inflingidos a prisioneros en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, "que han dañado gravemente la imagen de Estados Unidos". Varios soldados norteamericanos han sido llevados a juicio y condenados por tribunales militares por esas acciones.

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