Los argelinos respaldan por abrumadora mayoría la ley de reconciliación del presidente Buteflika

A juzgar por el resultado del referendo llevado a cabo ayer, los argelinos están ansiosos por encerrar en polvorientos libros de Historia la guerra civil larvada que vivió Argelia desde 1992, que costó la vida a más de 150.000 de personas. El ministro de Interior, Yazid Zerhuni, ha anunciado hoy que el 97,4% de los votantes aprobó la Carta para la Paz y la Reconciliación Nacional diseñada por el presidente Abdelaziz Buteflika para pasar página. Según Zerhuni, depositaron su sufragio el 80% de los 18,3 millones de personas inscritas para ello (sobre una población de 32 millones de habitantes).

Este proyecto prevé prácticamente una amnistía para todos los terroristas islamistas, encarcelados, huidos o que están aún alzados en armas, que no hayan perpetrado matanzas colectivas, según informa desde Argel el corresponsal de EL PAÍS Ignacio Cembrero. Los miembros de las fuerzas de seguridad que hayan secuestrado y asesinado a simpatizantes islamistas se libran también de la justicia, aunque el Estado indemnizará a las familias de las víctimas.

Tras la interrupción por el Ejército, en enero de 1992, de unas elecciones que hubiesen dado la victoria al Frente Islámico de Salvación, empezó en Argelia una guerra civil larvada que, además de 150.000 muertos, se cobró entre 6.000 y 18.000 desaparecidos, 1,5 millones de desplazados y que costó 23.000 millones de euros.

Dudas sobre la tasa de participación

Las asociaciones de derechos humanos y algunas familias de estas víctimas temen ahora que los autores de estos crímenes nunca sean juzgados, según informa la agencia de noticias británica Reuters. Además, algunos pequeños partidos de la oposición acusan a Buteflika de usar este referendo para reforzar su dominio de los resortes políticos del país. "Es un plebiscito organizado por el régimen para hacer realidad las ambiciones de Buteflika y aumentar su poder", ha dicho Hocine Ait Ahmed, líder en el exilio del Frente de Fuerzas Socialistas, al diario suizo Tribune de Geneve. "El resultado es fraudulento", añade.

Zerhuni, por su parte, ha querido dejar claro que "la votación se ha hecho con total transparencia". Sin embargo, ninguna organización internacional independiente ha controlado el proceso, y los analistas se preguntan de dónde salen esas altas cifras de participación si muchos de los colegios parecían ayer vacíos. Estados Unidos ha afirmado ya que hubiera preferido un debate público más exhaustivo, pero ha dejado claro que respetará el resultado de esta consulta, que considera de importancia crítica para curar las heridas de la guerra.