El huracán Rita pierde fuerza pero amenaza con desatar inundaciones en Tejas y Luisiana
El nuevo ciclón ha desbordado tres de los canales de Nueva Orleans
El huracán Rita ha tocado tierra esta mañana (hora española) en la frontera entre los Estados de Tejas y Luisiana, y sus efectos no han sido tan devastadores como se preveían. Las autoridades meteorológicas han rebajado su clasificación a categoría 1, la más baja, pero ahora el peligro reside en las inundaciones que el ciclón puede provocar a su paso.
Y es que tras el paso de Rita aumentan las posibilidades de grandes marejadas y lluvias torrenciales, lo que podría traducirse en inudaciones en las zonas afectadas. El presidente George W. Bush ha indicido sobre este nuevo peligro en su última comparecencia desde la base militar de Colorado. "Es muy importante que los ciudadanos de Tejas sepan que aunque la tormenta ha pasado sobre las zonas costeras, la situación es aún peligrosa por las probables inundaciones". Mientras tanto, crece la ansiedad de miles de evacuados de los Estados en alerta por regresar a sus hogares, mientras las autoridades los instan a esperar.
Cuando tocó tierra esta madrugada en las cercanías de Paso Sabine, Rita tenía vientos de hasta 200 kilómetros por hora, que según han ido pasando las horas han ido reduciendo su velocidad hasta los 120 kilómetros por hora. El Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, espera que Rita experimente un gradual giro al norte y una disminución de su velocidad de traslación en las próximas 24 horas. También ha informado de la posibilidad de tornados aislados hoy y mañana en el este de Tejas, Luisiana y en el sur de Arkansas y Misisipi.
Daños
Los primeros partes hablan de incendios en Galveston, edificios con daños estructurales en Lake Charles y cortes generalizados en el suministro eléctrico. Además, Nueva Orleans sufre desde ayer nuevas inundaciones. Mientras, el presidente Bush trata de evitar los errores del Katrina y pernocta en una base militar de Colorado. Su entrada podría crear una crecida de las aguas en la costa del Golfo de México que alcanzará unos seis metros de altura. También se teme el desbordamiento del río Calcasieu en Lake Charles, localidad de Luisiana con la que se ha perdido contacto mientras azota el huracán. Casi todas las localidades en el área han sufrido la pérdida del suministro eléctrico y se puede escuchar el sonido continuo de las explosiones de los transformadores locales junto con el constante sonido del viento.
El trayecto actual del huracán pone en peligro a Port Arthur, Texas. La fuerza de los vientos del Rita llegan acompañado de una advertencia de tornados en la zona, en especial en Baton Rouge, Luisiana. Se trata del momento más peligroso de este huracán que ha motivado una evacuación histórica en el área y donde 2,8 millones de residentes se han desplazado hacia el norte intentando huir del azote del ciclón.
El Gobierno de EE UU ha tratado de evitar los errores de imprevisión que cometió con el Katrina. Por una parte, ha desplegado más de 50.000 soldados y ha instalado una unidad de "coordinación de la defensa" en Austin (Tejas). Además, el presidente Bush se ha trasladado a una zona próxima a la que se va a ver más afectada por el temporal. Mientras el Rita tomaba tierra, el presidente pernoctaba en una base militar de Colorado.
Inundaciones en Nueva Orleans
Ya con las primeras fuertes lluvias, tres de los principales canales de Nueva Orleans se han desbordado. El dique que protege el Ninth Ward, un distrito pobre de población negra muy cercano al famoso barrio francés, ha vuelto a inundarse cuando apenas empezaba a recuperar la normalidad. Ahora, los maltrechos diques, que fueron apuntalados para comenzar la reconstrucción de la ciudad, han sido sobrepasados por la subida de las aguas debida a las lluvias provocadas por Rita.
Las autoridades estadounidenses no han dejado esta vez que Rita les sorprenda, y se ha puesto en marcha un dispositivo espectacular. Cerca de tres millones de personas han salido de la ciudad de Houston, la cuarta más grande de EE UU, y sus alrededores, provocando enormes atascos en las carreteras. Por si fuera poco, la tragedia ha golpeado a un grupo de ancianos que salían de la ciudad en autobús por la interestatal 45. Una explosión, causada posiblemente por una de las bombonas de oxígeno de uno de los ancianos ha provocado que el autobús se incendiase, muriendo 24 personas.
Al drama de la evacuación se unen otros problemas, sobre todo económicos, dado que el Golfo de México y en especial el estado de Tejas son las mayores zonas productoras de petróleo de EE UU. La industria petrolífera ha quedado prácticamente paralizada en la zona y la capacidad de refino se ha visto drásticamente reducida -15 refinerías han cerrado sus puertas. Incluso antes de que el huracán haya llegado, el mercado estadounidense de crudo ha perdido 2,2 millones de barriles diarios de gasolina y otros 1,2 millones de barriles en combustible para calefacción, según el Gobierno estadounidense. El cierre de las refinerías hace que se pierda una capacidad de refino de "cerca de cinco millones de barriles diarios", según el organismo responsable de la energía de EE UU.
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