Dimite el ministro italiano de Economía por sus diferencias con la política de Berlusconi

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha tenido que hacer frente hoy a una nueva crisis de Gobierno por la dimisión de su ministro de Economía, Doménico Siniscalco, que ha abandonado el cargo por sus divergencias en la política del primer ministro respecto a los presupuestos de 2006 y por la negativa del Gobierno a cesar al gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, que se ha visto recientemente envuelto en la polémica sobre la compra de los bancos Antonveneta y Banca Nazionale del Lavoro. Berlusconi intentado atajar la crisis designando a Giulio Tremonti, que ya ocupó la cartera de Economía hasta julio del año pasado, como sustituto de Siniscalco y reclamando la dimisión de Fazio.

"Dimito por el inmovilismo absoluto del Gobierno. El problema no es Fazio sino la incapacidad de resolver un problema (...). No estoy amargado, estoy escandalizado", declaró Siniscalco. El ministro se mostró "ofuscado" respecto a las luchas intestinas en el Gobierno en torno al borrador de los presupuestos de 2006, que debe ser aprobado por el gabinete a finales de mes. Los analistas temen que Berlusconi pueda sacar adelante un presupuesto "amable" de cara al electorado a pesar de la crisis de la financiación pública y el creciente déficit. La postura contraria al primer ministro ha llevado a Siniscalco a renunciar a su cargo.

La cartera de Economía ha sufrido múltiples cambios desde que Berlusconi accedió al poder. Sin ir más lejos, el propio Tremonti había ocupado la cartera en dos ocasiones antes de hoy, la última hasta que fue cesado en julio de 2004, siendo sustituido precisamente por Siniscalco. El propio Berlusconi la ocupó durante unos meses, al igual que las de Exteriores o Interior, por la dimisión de sus titulares. En esta ocasión, Berlusconi se ha apresurado a nombrar un sustituto a Siniscalco.

Berlusconi retira su apoyo a Fazio

La renuncia de Siniscalco ha venido por la permanencia en la presidencia del Banco de Italia de Antonio Fazio, que considera "una cuestión de credibilidad y no de legitimidad". El pasado 14 de septiembre, el ministro dimisionario subrayó ante el Senado la necesidad de implantar cambios en el Banco de Italia tras la polémica que en los últimos meses ha salpicado a su gobernador, Antonio Fazio, acusado de haber actuado con favoritismo en los casos de los bancos Banca Nazionale del Lavoro (BNL) y Antonveneta y de haber dañado la imagen de Italia. Fazio, ardiente defensor de la "italianidad" de los bancos, es sospechoso de haber favorecido a la Banca Popolare Italiana (BPI), dirigida por uno de sus amigos, Gianpiero Fiorani, en detrimento del grupo holandés ABN Amro en la conquista de la Banca Antonveneta.

En un intento por frenar la caída de credibilidad de su Gobierno por el escándalo de Fazio, Berlusconi, en la rueda de prensa en la que ha anunciado el nombramiento de Tremonti, ha cargado contra el director del Banco de Italia. Berlusconi dice ahora que Fazio debería dimitir porque su presencia al frente del banco central italiano era "incompatible" con la credibilidad del país.

Uno de los socios del Gobierno de Berlusconi, Alianza Nacional, a través de su líder y ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, había condicionado su respaldo al regreso de Tremonti a que Berlusconi retirara públicamente su apoyo a Fazio, como así ha sucedido. Sin embargo, Tremonti tendrá que lidiar, al menos de momento, con Fazio, ya que ambos encabezan la delegación italiana en la reunión del Fondo Monetario Internacional, que se celebra a partir de mañana en Washington.