Chile cierra la transición con una reforma constitucional que elimina la huella de Pinochet

"La transición en Chile ha terminado". Así de concluyente se ha mostrado el presidente chileno, Ricardo Lagos, en este "importante" día en el que el Senado ha borrado, tras 15 años de debate y ocho intentos fallidos, la huella de Augusto Pinochet en la Constitución que el entonces dictador obligó a instaurar.

La denominada Carta Política fue impuesta por Pinochet en 1980. El dictador gobernaba el país desde 1973, y lo siguió haciendo hasta 1990. Después llegaron los Gobiernos de la Concertación, una coalición de partidos diseñada para dirigir la transición política tras la dictadura; sin embargo, hasta ahora la derecha se había negado a modificar la Ley Fundamental instaurada por Pinochet.

Ha tenido que ser ahora que el ex dirigente atraviesa su peor momento, cercado por la justicia y con su imagen pública bajo mínimos entre los suyos por el escándalo de las cuentas secretas en el extranjero, cuando la oposición conservadora ha llegado a un acuerdo con el Gobierno socialista para desmantelar los conocidos como "enclaves autoritarios" de la Constitución. La reforma tiene además como telón de fondo las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 11 de diciembre para elegir al sucesor de Lagos, que abandonará el cargo el 11 de marzo de 2006.

La alianza se forjó en octubre, pero las negociaciones han prosperado hoy con la aprobación de 55 modificaciones. El ministro de Interior, Francisco Vidal, ha afirmado al respecto: "El que ha ganado es el país; lo que parecía imposible hace cuatro, ocho, 10, 15 años atrás se ha logrado con un gran acuerdo".

Los cambios devuelven al presidente la potestad para cambiar a los jefes de las Fuerzas Armadas; eliminan los 10 senadores (sobre 48) no elegidos en las urnas, de los que nueve eran designados por instituciones y el décimo, de cargo vitalicio, correspondía a Pinochet; convierten el Consejo de Seguridad Nacional en un órgano meramente consultivo, sin capacidad para tomar decisiones; modifican la composición y facultades del Tribunal Constitucional; y rebajan a de seis a cuatro años los mandatos presidenciales, amén de impedir la reelección para dos legislaturas consecutivas.

Lagos, exultante, ha señalado: "Este es un día muy importante para Chile. Hace 20 años hubo un acuerdo nacional para lograr un país más democrático, en agosto de 1985. Quince años atrás comenzaron los gobiernos democráticos y ahora podemos decir que la transición de Chile ha concluido". "Los chilenos podemos tener una mirada larga en que ponemos en primer lugar el interés del país. Hoy ha sido un gran triunfo para Chile, para su democracia y debemos alegrarnos profundamente", ha añadido.