Las lluvias en El Salvador dejan decenas de muertos y miles de evacuados
La tragedia se ceba en jugadores e hinchas de un equipo de fútbol cuyo vehículo fue arrastrado
La tristeza y la incertidumbre se ven reflejadas en los rostros de los habitantes de numerosas comunidades campesinas distantes de la capital salvadoreña, San Salvador. Un temporal, que provocó fuertes correntadas de agua y derrumbes de laderas de montañas en varios países centroamericanos, dejó tras de sí en El Salvador decenas de muertos y miles de evacuados. Los habitantes de las zonas afectadas dedicaron todo el domingo y gran parte del lunes a buscar entre el lodo y en los fondos de los ríos los cuerpos de las personas fallecidas, que ayer fueron enterradas.
Fuentes oficiales salvadoreñas confirmaron en la tarde de ayer que los fallecidos el pasado fin de semana fueron 33, si bien aún están desaparecidas otras seis personas. Alrededor de 3.000 personas han sido evacuadas debido a que los derrumbes destruyeron sus viviendas o éstas están situadas en zonas muy vulnerables.
Según las autoridades locales, la mayor tragedia ocurrió en Cuisnahiat, en la occidental provincia de Sonsonate, donde un camión con casi 40 personas fue volcado y arrastrado por la corriente del río Pululuya, cuyo caudal había crecido hasta un punto jamás visto. El vehículo regresaba de la ciudad de Santa Ana con un equipo de fútbol, Los Leones, así como sus hinchas, hacia el caserío Coquiamita, a eso de las ocho y media de la tarde, cuando sucedió la tragedia. Ahí murieron 22 personas, cuyos cadáveres fueron localizados entre las aguas uno a uno; otras cinco personas están aún desaparecidas; únicamente 11 sobrevivieron. Todos eran familiares y amigos entre sí.
Mientras tanto, en la localidad de Apaneca y San Pedro Tuxtla, en la provincia de Ahuachapán, perecieron siete personas en derrumbes de laderas de montañas que cayeron sobre sus viviendas, por lo general, construidas con adobe, como la mayoría de las casas campesinas.
Idéntica tragedia ocurrió en Comasagua, en La Libertad, donde una madre y su hijo menor fueron sepultados en su vivienda; mientras que un hombre murió accidentado cuando participaba en labores de evacuación de personas indefensas. Comasagua es una población martirizada por los fenómenos naturales; en 2001 fue duramente castigada por los terremotos ocurridos el 13 de enero y el 13 de febrero, los mismos que en El Salvador dejaron 1.114 muertos y un tercio de la población (de 6.7 millones de habitantes) damnificada.
Saúl Edgardo de la O Reyes, meteorólogo del Sistema Nacional de Estudios Territoriales (SNET), declaró a EL PAÍS que en las próximas 72 horas caerán sobre El Salvador lluvias que no serán tan fuertes como las del pasado domingo, "pero el problema de los derrumbes se puede continuar dando porque hay saturación y sobresaturación de agua en los suelos".
"También, dentro de tres días tendremos encima de nosotros una onda tropical que en la actualidad está en el norte de Panamá. Esta onda tropical, con abundante lluvia, afectará sobre todo a Nicaragua y El Salvador", afirmó el meteorólogo.
El SNET ha ubicado en El Salvador al menos siete zonas de alto riesgo de deslizamientos de tierra: cuatro en zonas montañosas de Santa Ana, Chalatenango Morazán y La Unión, al norte del país y en la frontera con Honduras. Mientras que las otras tres en peligro inminente están localizadas en la franja central, en las provincias de Sonsonate, La Libertad y San Vicente, donde hay grandes elevaciones.
Irresponsabilidad
"Aquí se ha actuado bastante irresponsablemente por parte del gobierno", dijo el ambientalista Mauricio Sermeño, uno de los directores de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), institución que hace ya cinco años envió al Parlamento un anteproyecto de ley de Prevención y Mitigación de Riesgos.
"El Salvador sufre de gran vulnerabilidad, pero se continúan destruyendo los bosques, se construyen viviendas y carreteras en las bases de las montañas, como en el caso del Anillo Periférico de San Salvador. Los derrumbes pueden ser mayores y ojalá que no vaya a ocurrir un movimiento telúrico fuerte porque la gravedad del problema sería inimaginable", finalizó Sermeño.
![Un niño observa el camión con cerca de 40 personas que fue arrastrado por la riada en Cuisnahiat.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XMIXUTFIAANH4GDHDNN3UOTUSY.jpg?auth=6697855c2e400a92f8746aa77432b1fe382bb48fa4f5818bf054ca94205f9da5&width=414)
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