El 'no' gana terreno en los países que aún tienen que ratificar la Constitución europea
Crecen las dudas sobre la conveniencia de mantener el proceso ratificación a pesar de la llamada a la calma de la Comisión Europea
El rechazo de la Constitución europea en Francia y Holanda ha hecho resurgir la oposición al Tratado en Luxemburgo y Dinamarca, los siguientes países miembros en celebrar referendos. Según los últimos sondeos, la población luxemburguesa, de firme tradición europeísta, sigue siendo mayoritariamente favorable al texto, si bien los partidarios del no están ganando terreno. El efecto de arrastre de los noes francés y holandés es mucho más palpable en Dinamarca, donde cuatro sondeos hechos públicos hoy coinciden en que los detractores del Tratado superan por primera vez a sus defensores.
A menos de dos semanas de que los líderes de los Veinticinco discutan en Bruselas qué hacer con el malherido proceso de ratificación de la Constitución de la UE, crecen las dudas sobre la idoneidad de mantener la agenda en sus términos actuales e ignorar los reveses de los referendos francés y holandés, máxime cuando el no crece en los países que aún deben aprobar o rechazar el texto. Así las cosas, el primer ministro luxemburgués y actual presidente de la Unión Europea (UE), Jean-Claude Juncker, ha pedido que los Estados que aún no la han ratificado el texto que lo hagan, al tiempo que ha reafirmado su compromiso personal en el caso de su país: si Luxemburgo vota no en el referéndum que se celebrará, como estaba previsto, 10 de julio, presentará su dimisión.
Tras Luxemburgo, Dinamarca, cuyo tradicional euroescepticismo le llevó a rechazar el Tratado de Maastricht en 1992, será el siguiente país miembro que someterá a consulta el texto, en un referéndum previsto para el 27 de septiembre, fecha confirmada ayer por el primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, "siempre que el proyecto siga adelante". Cuatro sondeos publicados hoy por varios medios de comunicación daneses reflejan una inversión clara de la tendencia que había sido favorable al tratado en las encuestas en los últimos meses y, por primera vez, los detractores del texto superan a sus defensores. Ante estas dudas, la portavoz de la Comisión Europea, Francoise Le Bail, ha renovado su llamamiento a la "calma" y ha reiterado su postura en favor de que "los Estados que aún no se han expresado puedan hacerlo".
"Merece la pena"
Consciente de que la decisión depende de los Gobiernos y no de la Comisión, Le Bail ha subrayado que la prioridad pasa estos días por que ningún país se retire unilateralmente del proceso sin esperar a que los líderes adopten una decisión consensuada en la cumbre de los próximos 16 y 17 de junio. La atención se centra en el Gobierno de Tony Blair, quien presidirá la UE en el segundo semestre de este año y que, en caso de suspender el referéndum británico, anunciado para 2006, podría provocar un efecto dominó en los Estados que aún no se han pronunciado. Londres aún no ha desvelado sus planes oficialmente, pero según publica el diario británico Financial Times, habría emprendido ya una campaña de persuasión en las capitales europeas para promover la suspensión del proceso. Financial Times afirma asimismo que las dudas sobre la continuidad de la ratificación alcanzan también el seno de la propia Comisión.
Según este rotativo, en el debate interno que el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, promovió el miércoles para analizar los efectos del no, varios comisarios sugirieron parar el proceso para evitar que una avalancha de noes dañe a largo plazo el proyecto europeo. La portavoz Le Bail no ha confirmado ni desmintido la veracidad de estas declaraciones, aunque ha admitido que Barroso había promovido un intercambio de opiniones entre sus comisarios. En este debate abierto, los mandatarios enfrentan un maratón de contactos diplomáticos para decidir qué hacer. Juncker ha proseguido hoy su ronda de encuentros preparatorios de la cumbre, recibiendo a los mandatarios de Letonia, Estonia y Chipre. El canciller alemán, Gerhard Schröder, se entrevistó ayer con Juncker y prevé cenar mañana en Berlín con el presidente francés, Jacques Chirac, con quien volverá a verse el día 10 en París, antes de recibir, el 13 de junio en Berlín, a Tony Blair.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunirá días antes con los tres socialistas españoles responsables en instituciones europeas, José Borrell -presidente del Parlamento Europeo-, Javier Solana -Alto Representante para la Política Exterior- y Joaquín Almunia -comisario de Economía-, para estudiar las posibles vías para que Europa "siga avanzando". Así lo ha anunciado la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, que ha subrayado que el Gobierno "velará para que la voz de España sea escuchada como corresponde a la importancia de nuestro país y al amplio sentimiento europeísta de los españoles". La reunión, según De la Vega, tendrá lugar en La Moncloa.
Aznar considera "excéntrico" seguir con la ratificación
El ex presidente del Gobierno José María Aznar considera, en un artículo publicado hoy el Wall Street Journal Europe, que sería "excéntrico" seguir adelante con el proceso de ratificación de la Constitución europea tras los dos rechazos, al igual que "no sería una buena idea" revisar el texto o extraer del Tratado "algunos capítulos" para su aprobación por los Veinticinco.
Aznar afirma que lo más adecuado sería que la UE aplicase los acuerdos y tratados en vigor, incluido el de Niza, y que hiciera frente a sus problemas junto a EE UU. Aznar, que advierte en el titular de su artículo que "Europa tiene que mantener sus promesas", señala que "intentar construir una nueva Europa sin dar a los ciudadanos una explicación suficiente tiene un precio", el no. También tiene un precio "no depositar nuestra confianza en los valores occidentales y los principios que definen la identidad europea".
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