Aplazada indefinidamente la cumbre del Magreb en Libia
La cumbre tenía muy pocas probabilidades de celebrarse después de que Mohamed VI renunciara a participar
La cumbre de la Unión del Magreb Árabe (UMA) que intentaba organizar en su país el líder libio Muammar el Gaddafi ha fracasado al anunciarse esta noche que queda aplazada por tiempo indefinido. En un intento de dirimir sus diferencias por la vía del diálogo, los países magrebíes que se habían dado cita para celebrar una cumbre "de la fraternidad" después de 11 años sin poder llevarla a cabo.
La cumbre de UMA había sido convocada por Gaddafi para los días 24 y 25 de este mes, y el optimismo fue patente cuando se dió a conocer que los cinco jefes de Estado acudirían a la cita. Gaddafi aparecía así como el único de los cinco capaz de haber convencido a sus socios de reunirse en una cumbre para tratar los numerosos asuntos que requiere volver a poner en marcha el tren de la UMA, detenido desde 1994 cuando se reunieron en Túnez. Trípoli se había engalanado para recibir a sus ilustres huéspedes y, dentro de la euforia reinante, se predecía que esa cumbre no sólo iba a relanzar la alicaída organización regional, sino también establecer el abrazo entre argelinos y marroquíes.
Cuando todo hacia presagiar el éxito del encuentro, unas declaraciones del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, en apoyo de la autodeterminación del Sáhara Occidental, levantaban ampollas en Rabat, donde se anunció que Mohamed VI suspendía su participación. Sin la presencia del monarca marroquí, la cumbre perdía interés y entraba en un contexto marcado por las divisiones que persisten, por un lado entre Argel y Rabat sobre el Sahara Occidental; y por otro entre Trípoli y Nuakchott después de que esta última capital acusara a Libia de fomentar su desestabilización.
Sáhara Occidental, el escollo
En cuanto se tuvo noticia del desistimiento de Marruecos, los miembros del Consejo Ministerial que se habían reunido en el lujoso hotel Mehari de la capital libia para preparar los temas de la cumbre, se presentaron ante la prensa con un rostro ensombrecido que presagiaba el fracaso de la cumbre. La noticia de ese fracaso ha llegado a través de un escueto comunicado difundido por el comité popular libio de relaciones exteriores, que funciona como Ministerio de Asuntos Exteriores, bajo la dirección de Abderrahman Chalgham. El comunicado del aplazamiento se limita a señalar que este comité ha decidido tomar esa medida para "preparar el clima fraternal necesario" para su celebración en una fecha ulterior.
Tras el anuncio del aplazamiento, brigadas de obreros se han apresurado a quitar las banderas de los cinco países miembros de la organización que habían sido desplegadas por todo Trípoli. Gaddafi perdía así la oportunidad de demostrar su capacidad de unificador del Magreb. Con anterioridad, Buteflika también tuvo que renunciar a celebrar la cumbre en Argel por una decisión similar de Marruecos, que según han dicho hoy varios miembros de la delegación del ministro Mohamed Benaissa, se justificaba porque se pueden "sentar a la misma mesa en que lo hacen" los que los dividen, en alusión clara a Argelia.
El nudo gordiano que la UMA continua sin poder romper sigue siendo el Sáhara Occidental, un conflicto en el que Argelia aboga por que se lleve adelante un referendum de autodeterminación, según preve el plan de paz de las Naciones Unidas. Argelia insiste en que se trata de defender la legalidad internacional, recuerda que el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio por descolonizar según las normas de la ONU, y reitera que no se puede obligar a los saharauis a ser marroquíes si no desean serlo. Marruecos no acepta en forma alguna que se cuestione su soberanía sobre la antigua colonia española, y propone como solución alternativa al plan que elaboró el ex secretario de Estado de EE UU James Baker, que el territorio goce únicamente de una amplia autonomía.
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