EE UU evita acusar de terrorismo a Posada Carriles y abre la puerta a su extradición
Sobre el disidente cubano pesa la sospecha de haber volado un avión de su país en Venezuela, acabando con la vida de 73 personas
El Gobierno de Estados Unidos ha presentado cargos contra el disidente cubano Luis Posada Carriles, al que acusa de haber entrado de forma ilegal en el país, obviando así las denuncias que pesan sobre él por actos muy graves de terrorismo. La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas ha indicado que en la audiencia del próximo 13 de junio se podría decidir su deportación a un tercer país; Venezuela lo requiere para juzgarle por la colocación de una bomba en un avión de Cubana Aviación en 1976 cuando sobrevolaba su territorio, atentado en el que murieron 73 personas.
Hasta el 13 de junio, Posada permanecerá encarcelado sin derecho a libertad bajo fianza, y el conflicto político no dejará probablemente de crecer. Washington se enfrenta a un dilema de mucho calado: debe entregar al disidente a un Gobierno que delezna y con el que no mantiene ningún acuerdo de colaboración, como el cubano o el venezolano, o relajar su inflexible lucha contra el terrorismo aceptando que Posada no es tan malo como para juzgarle como terrorista o deportarle pese a las sospechas que recaen sobre él.
Varios documentos oficiales a los que hace unos días se les quitó el sello de secretos muestran indicios de que Posada estuvo implicado en el atentado de 1976, pero también que estuvo a sueldo de la CIA durante más de una década, de hecho hasta pocos meses antes del ataque. Posada, de 77 años y con pasaporte venezolano, fue detenido el martes; una parte del exilio cubano en Florida le considera un héroe, mientras que Cuba quiere que se le extradite a Venezuela o a algún país neutral donde pueda ser juzgado.
Escapó de una cárcel venezolana en 1985 y vivió en la clandestinidad hasta que hace unos años entró en Estados Unidos convencido de que este país nunca le extraditaría. Sin embargo, no contaba con que Washington se ha embarcado en una lucha feroz contra todo lo que considera terrorismo, y él tiene el perfil claro de un terrorista... con la salvedad de que sus fines concuerdan en parte con los de la Casa Blanca.
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