EE UU detiene al anticastrista Luis Posadas después de que Cuba exigiera su enjuiciamiento
El régimen castrista le considera responsable de un atentado en el que murieron 73 personas en 1976
Las autoridades federales estadounidenses han detenido esta noche (hora española) al anticastrista Luis Posada Carriles en el Estado de Florida, cuando se disponía a abandonar el país tras descartar la petición de asilo político, según han informado fuentes próximas al activista de origen cubano. El Departamento de Seguridad Nacional ha confirmado ya la noticia y ha señalado que, tras pasar nueve meses en la clandestinidad, Posada continuará arrestado "mientras se revisa su situación migratoria".
"Lo acaban de detener en una casa donde él (Posada) estaba recogiendo unas cosas antes de abandonar el país", ha explicado Santiago Álvarez, empresario de origen cubano que ha coordinado los equipos legales del anticastrista en Panamá y EE UU. Posada Carriles acababa de anunciar que renuncia a seguir adelante con su petición de asilo en EE UU, presentada en abril pasado, ya que su caso había provocado presiones a este país y a la comunidad del exilio cubano. Posada estaba en paradero desconocido hasta hoy desde agosto de 2004, cuando la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, lo indultó junto a otros tres anticastristas la víspera de terminar su mandato.
En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional explica que, según la ley, "tiene 48 horas para tomar una decisión sobre la situación migratoria" de Posada Carriles, de 77 años y acusado por Cuba y Venezuela de terrorismo. "Por norma, la oficina de Aduanas e Inmigración (ICE, en sus siglas en inglés) generalmente no envía a nadie a Cuba ni a países que cree actúan de intermediarios de Cuba", destaca la nota. "Seguiremos revisando la situación migratoria de Posada", agrega el texto, en el que precisa que la ley le impide comentar sobre el caso.
Masiva manifestación en La Habana
Horas antes de producirse su arresto, Posada ha comparecido en una improvisada rueda de prensa en Miami, tras publicarse hoy en el periódico The Miami Herald una entrevista con él desde la clandestinidad, en la que negaba que hubiera participado en el atentado contra un avión de la empresa nacional Cubana de Aviación en 1976, en el que murieron 73 personas. Posada, nacionalizado venezolano en la década de 1960, fue agente de la CIA, participó en el frustrado desembarco de bahía de Cochinos y es, desde hace 30 años, una de las peores pesadillas de Fidel Castro, quien lo considera un "cruel terrorista".
Venezuela y Cuba acusan a Posada Carriles de ser un terrorista internacional y el Gobierno de Caracas pidió la pasada semana su detención. El régimen castrista también exigía que se hiciera justicia con Posada Carriles y Orlando Bosch, a los que acusa de graves actos de terrorismo. En concreto, el Gobierno de la isla culpa al anticastrista de planear un atentado contra Castro en el año 2000 en la X Cumbre Iberoamericana de Panamá y de varios ataques terroristas contra intereses turísticos cubanos en 1997 en los que murió un italiano. Desde hace varias semanas, el líder cubano ha encabezado una campaña para denunciar la presencia de Posada Carriles en territorio estadounidense y ha demandado su extradición a Venezuela o que sea juzgado por un tribunal internacional.
Hoy mismo, Castro ha encabezado una gran manifestación frente a la representación de EE UU en La Habana para denunciar lo que han calificado de "feroz campaña de terrorismo" impulsada por Washington. "Ésta no es una marcha contra el pueblo de EE UU, como hemos dicho antes y lo reiteramos hoy, es una marcha contra el terrorismo, a favor de la vida y de la paz, de nuestro pueblo y del pueblo hermano de EE UU, en cuyos valores éticos confiamos", ha señalado Castro en su alocución. El diario The New York Times también se expresó hace una semana en un editorial en contra del otorgamiento del asilo político, "en nombre de la credibilidad, de la consistencia y de la justicia para con las 73 víctimas" en el atentado contra el avión cubano. El prestigioso periódico recalcó que el asilo ofendería los principios de EE UU y supondría un precedente muy perjudicial.
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