El Papa será enterrado en la tumba de Juan XXIII sin sarcófago y con un velo blanco

Los cardenales se han reunido de nuevo esta mañana para cerrar más detalles sobre las exequias del Papa. Juan Pablo II, con le rostro cubierto por un velo de seda blanco, será inhumado en la tumba de Juan XXIII, pero no en un sarcófago, sino directamente en la tierra. En cambio, los purpurados no han acordado aún la fecha para el inicio del cónclave para escoger al sucesor en el que finalmente serán 116 los electores al haber caído enfermo uno de los purpurados.

Poco a poco, se van desvelando los detalles sobre cómo serán las exequias del viernes. El rostro de Juan Pablo II será cubierto con un velo de seda blanco antes de cerrar el féretro, minutos antes de que comience el funeral, según ha explicado el maestro de ceremonias, el arzobispo Piero Marini. La ceremonia durará tres horas. A continuación, su cadáver será enterrado en la cripta de la Basílica de San Pedro, en la tumba que el cadáver de Juan XXIII ocupó hasta su beatificación.

Pero, a diferencia de otros Papas, el cuerpo de Juan Pablo II será inhumado con sólo un ataúd de madera de madera; en cambio, los féretros de los pontífices anteriores se introducían a su vez en dos de piedra y mármol antes de ser enterrados. Al parecer, han explicado, así lo expresó Wojtyla antes de su muerte.

Varias incógnitas

En la reunión de hoy, en cambio, han quedado pendientes otras cuestiones. Así, los cardenales no han leído el testamento de Karol Wojtyla, según ha indicado el portavoz de Vaticano, Joaquín Navarro Valls. Sólo así se podría desvelar la incógnita de si Juan Pablo II nombró un cardenal in péctore y, en su caso, su identidad. Tampoco han decidido en qué fecha empezará el cónclave que, conforme a la ley eclesial, no puede ser antes del 16 ni después del 21 de este mes.

No todos los cardenales han llegado a Roma ya que se les da 15 días de plazo desde la muerte del Pontífice para hacer el viaje. Por el momento han llegado 91 de los 183 convocados para el funeral solemne del viernes, según Navarro Valls. Tampoco todos los purpurados participan en el cónclave, ya que los mayores de 80 años quedan incapacitados para tomar la decisión. Además, monseñor Jaime Lachica Sin, de Filipinas, ha caído enfermo y no se espera que se recupere a tiempo. Así, serán 117 los que decidan el nombramiento. En cualquier caso, será el mayor cónclave de la historia ya que nunca antes hubo tantos cardenales.

Pro primera vez los cardenales electores no van a estar encerrados en la Capilla Sextina, sino que podrán reunirse en diversas estancias del Vaticano. Aún así, en ningún momento podrán salir ni ver a otras personas. Lo que no cambiará es la forma de anunciar al mundo que habemus Papam: monseñor Marini ha confirmado que se hará con la fumata blanca y el tañer de las campanas.