El Papa bendice en silencio a los fieles debido a las graves dificultades para hablar

Juan Pablo II ha vuelo a mostrarse hoy en la ventana de su apartamento vaticano para impartir la bendición "urbi et orbi" del Domingo de Resurrección a la multitud de fieles que se encuentran en la plaza de San Pedro. El Papa ha intentado dirigirse a los congregados en la plaza vaticana, pero ha mostrado dificultades evidentes y el cardenal Sodano ha tenido que leer el menaje papal.

Juan Pablo II se ha limitado a impartir la bendición con la mano derecha, sin pronunciar palabra alguna, debido a sus problemas para hablar tras la traqueotomía que le fue practicada el 24 de febrero.

Los miles de turistas y fieles congregados en la Plaza de San Pedro han podido contemplar a un Papa visiblemente debilitado, que se ha asomado durante unos diez minutos a ventana de su estudio para saludar a congregados mientras el cardenal Angel Sodano, encargado de celebrar la misa, ha comunicado un mensaje del Papa en el que ha pedido paz para África y Oriente Medio.

Una bendición en silencio

El Papa ha seguido la lectura de su Mensaje Pascual, que ha leído en su nombre el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano. Al final del mensaje, Juan Pablo II ha intentado hablar, pero sólo ha podido emitir un sonido incomprensible y aunque ha vuelto a intentar pronunciar palabras, Juan Pablo II finalmente ha tenido que renunciar a hablar y ha bendecido en silencio.

Las decenas de miles de personas presentes en la plaza han roto tras observar los esfuerzos de un Papa muy debilitado.

Fuentes vaticanas han afirmado que los médicos eran partidarios de que el saludo del Papa se limitara a una videconferencia desde su apartamento y que la imagen fuese transmitida en las cuatro grandes pantallas colocadas en el recinto. Con este sistema los médicos pretendían evitar que los cambios de temperatura puedan provocarle un resfriado, nada conveniente en estos momentos en que todavía está convaleciente.