Schröder acuerda con la oposición un plan básico para combatir los graves índices de desempleo

El canciller alemán, Gerhard Schröder, y los dos principales líderes de la oposición, la presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel, y el primer ministro bávaro, Edmund Stoiber, han logrado esta tarde un acuerdo básico sobre las medidas para combatir el desempleo, que afecta a una cifra récord de 5,2 millones de alemanes, una cota desconocida desde los años 30. Por la mañana, Schröder presentó ante el Parlamento (Bundestag) un paquete de medidas económicas destinadas tanto a reducir el desempleo como a impulsar el crecimiento económico. Una de las medidas más importantes anunciadas por Schröder es la reducción del impuesto de sociedades.

Tras una reunión de cerca de tres horas, en la que también ha participado el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, en su calidad de vicecanciller, la oposición se ha manifestado de acuerdo con la propuesta de Schröder de reducir el impuesto de sociedades del 25% actual al 19%. Sin embargo, como ha advirtido Schröder al termino de la reunión, calificada de cumbre contra el paro, hace falta todavía que los expertos en finanzas de los partidos lleguen a una fórmula de consenso sobre cómo se financiará esa medida. La rebaja fiscal, según la voluntad común de Gobierno y oposición, deberá favorecer ante todo a las empresas medianas y pequeñas por lo que en principio podría ser financiada con la eliminación de algunos privilegios fiscales que favorecen ante todo a los grandes consorcios.

Para el aspecto fiscal de las reformas el Gobierno necesita el apoyo de la oposición puesto que ésta tiene mayoría en la cámara alta, de representación regional, que debe dar su visto bueno a la mayoría de las medidas que afectan las finanzas públicas. Otra medida sobre la que hay un principio de acuerdo es la de reducir el impuesto a las herencias en el caso de empresas familiares siempre y cuando los herederos mantengan éstas en funcionamiento. También existe consenso en adelantar un programa de inversiones en transporte, que esta mañana Schröder evaluó en 2.000 millones de euros, y en exonerar de ciertas obligaciones burocráticas a empresas pequeñas, con lo que el Gobierno acepta una sugerencia de la oposición.

'No' a la flexibilización del despido

En cambio, el Gobierno mantiene su negativa a la propuesta de la oposición de lograr una mayor flexibilización en el régimen de despidos. A ese respecto, Schröder ha reiterado su convicción de que se ha hecho ya lo que se podía hacer y que se le ha facilitado a las empresas instrumentos que todavía no están utilizando como era de esperar para crear puestos de trabajo. "Como era natural, no nos hemos puesto de acuerdo en todo pero hemos avanzado un buen trecho", ha subrayado el canciller ante la prensa al término de la reunión. En cambio, el mandatario ha lamentado no haber logrado el apoyo de la oposición para financiar un programa de fomento a la investigación científica mediante la eliminación de las ayudas estatales a quienes compran vivienda propia.

Schröder ha calificado de positivo el resultado de la reunión, aunque ha alertado ante posibles esperanzas desbordadas. "Que con lo que hemos acordado hoy todo empiece a funcionar mañana es algo que no puede esperar nadie", ha subrayado tras su reunión con Merkel y Stoiber. La oposición coincide con Schröder en la opinión "moderadamente positiva" de la cumbre por el empleo aunque ha echado de menos un "claro avance" hacia la necesaria flexibilización del mercado laboral. Para Merkel, la reunión, celebrada en Cancillería, ha aportado "pequeños pasos en la dirección correcta", pero ha quedado aún lejos de dar el "impulso definitivo" que precisa el mercado laboral.

Más cauto aún a la hora de dar una evaluación "positiva" ha sido Stoiber, líder de la Unión Cristianosocial de Baviera, quien observa "claros y medianos" avances por parte de las filas gubernamentales, aunque reclama una explicación de cómo se piensan financiar las propuestas del Gobierno. Para los líderes de la oposición, Schröder ha dado "pasos correctos" con su propuesta de aligerar el peso fiscal sobre las empresas, pero en cambio no se se atreve a dar "la señal necesaria" en materia de flexibilización laboral ni recortes de los costes laborales.