Los líderes de los 25 respaldan a Barroso al frente de la Comisión Europea electa

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 países miembros de la Unión Europea, reunidos hoy en Roma con ocasión de la firma solemne de la futura Constitución europea, han expresado su respaldo sin fisuras al presidente electo de la Comisión europea, el portugués José Manuel Durão Barroso, según ha anunciado tras la comida de los próceres el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, jefe de turno de la UE.

Durão Barroso fue el candidato de consenso de los 25 para presidir la Comisión y elegir a los comisarios que deberían ostentar el poder ejecutivo de la Unión Europea. Ha sido precisamente éste último paso el que ha abierto una crisis muy grave en el seno de las instituciones europeas. Las reticencias del Parlamento ante algunas de las personas elegidas por Barroso, y el rechazo abierto de la mayoría de la Cámara a uno en particular, el conservador italiano Rocco Buttiglione —seleccionado para la cartera de Justicia, Interior e Igualdades—, obligó al portugués a dar un paso atrás pocas horas antes de que la nueva Comisión tuviera que ser votada —refrendada o rechazada— por los parlamentarios.

Los líderes de la UE iniciaron anoche una ronda de contactos para encontrar una solución, a ser posible rápida, a este problema. Barroso, por su parte, ha anunciado que hará "varios" cambios en su equipo para lograr la aprobación del Parlamento —que sólo puede respaldar o rechazar el equipo como bloque—, en una votación que probablemente se celebrará a comienzos de diciembre. Esos ajustes son los que con toda probabilidad deberá pactar con los líderes europeos.

"Sé que tengo que presentar un nuevo equipo con otra distribución de carteras. Explicaré la situación a los jefes de Gobierno y dialogaré con los grupos políticos del Parlamento", declaró ayer Barroso al diario italiano La Repubblica, adelantando así que el cambio podría reducirse a intercambiar competencias entre el mismo ramillete de nombres. Los comisarios los eligen los Gobiernos de los países miembros, cada uno el suyo, y Barroso se limita pues a repartir las carteras entre ellos. Al final, el Parlamento refrenda o rechaza el resultado final.

Así las cosas, el Gobierno italiano dirigido por Silvio Berlusconi ha dejado claro que Buttiglione se queda, pese al escándalo que han levantado sus declaraciones machistas y homófobas, semilla de esta crisis. Además del italiano, también han despertado reticencias la holandesa Neelie Kroes (designada para Competencia), el húngaro Laszlo Kovacs (Energía), la danesa Mariann Fischer (Agricultura) y la lituana Ingrida Udre (Fiscalidad).

Barroso compareció tras el almuerzo, en el que sólo se trató de pasada el tema de la Comisión. Tan sólo el presidente francés, Jacques Chirac, tomó la palabra, para pedir a las partes implicadas —Parlamento, Comisión electa y Gobiernos— que hagan un esfuerzo para solucionar cuanto antes esta crisis. Según Chirac, cada uno debe asumir sus responsabilidades para que Barroso pueda tomar la decisión apropiada. El Consejo Europeo se reunirá el 4 y 5 de noviembre en Bruselas, y podría tratar entonces de cerrar el conflicto definitivamente.