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Los británicos castigan a Blair en su primer gran examen electoral tras la guerra de Irak

Los laboristas pierden bastiones como Newcastle y Cardiff pero mantienen la alcaldía de Londres

El apoyo del Gobierno británico a la guerra de Irak ha provocado un revés electoral sin precedentes del Partido Laborista en los comicios locales celebrados ayer, que podría debilitar el liderazgo de Tony Blair. A falta de escrutar el voto en cinco de los 166 ayuntamientos en juego en Inglaterra y Gales, el Laborismo ha perdido 462 concejales y, de extrapolarse los resultados al ámbito nacional, se quedaría como la tercera fuerza, detrás de conservadores y liberal demócratas.

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La recuperación de la alcaldía de Londres, en la que seguirá Ken Livingstone, apodado Ken, el rojo, supone el único consuelo de los laboristas ante un mapa municipal donde el partido de Blair ha perdido al menos ocho municipios, entre ellos bastiones como Leeds, Newcastle y Cardiff, que gobernaba desde hace más de 25 años. Livingstone, readmitido este año en el redil laborista tras cuatro años de expulsión por presentarse y ganar después con holgura como independiente, se ha impuesto en el segundo recuento al conservador Steve Norris por 160.000 votos de ventaja. Con una participación del 40%, las elecciones locales han registrado unos resultados peor de lo esperado por los estrategas laboristas más pesimistas, que suponen un "puntapié" al partido en el poder, en palabras del viceprimer ministro, John Prescott.

Según la cadena BBC, si los datos locales se extrapolasen al ámbito nacional, el Partido Laborista quedaría como tercera fuerza política con el 26% de los votos, frente al 38% de los conservadores y el 29% de los liberales. Se trata de los peores resultados en su historia reciente y ya han suscitado críticas incipientes contra el liderazgo de Blair pues, como reconocen varios ministros y el propio jefe del Gobierno, la causa principal del desastre es la guerra de Irak. Desde Washington, donde asistió al funeral del ex presidente Ronald Reagan, Blair ha pedido a su partido que se "mantenga firme", al tiempo que ha restado importancia al varapalo. En su opinión, los resultados de unas elecciones locales no tienen por qué influir en las generales del año próximo, aunque ha reconocido que "Irak ha sido una decisión tremendamente difícil".

Blunkett, "horrorizado" con los datos

Mientras tanto, varios ministros han admitido hoy que los electores británicos acudieron el jueves a votar pensando en Irak más que en asuntos locales que les afectan directamente, aunque han cerrado filas en torno a su líder. "Irak fue la nube, o más bien la sombra, sobre esas elecciones", ha señalado el viceprimer ministro Prescott. Por su parte, el ministro de Interior, David Blunkett, se ha confesado "horrorizado" con los datos y ha admitido que la guerra contra Irak "ha dividido a familias, ha dividido al Partido Laborista y ha dividido a amigos" pues "algunos piensan que fue una decisión equivocada".

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En cualquier caso, el ministro ha subrayado, al ser preguntado al respecto, que el liderazgo de Blair no está en entredicho en el Partido Laborista y en el mismo sentido se han manifestado los titulares de Exteriores, Jack Straw, y de Economía, Gordon Brown. Hace meses que se reproducen las especulaciones acerca de que Blair renunciará, en favor de Brown, a ser cabeza de lista laborista en las elecciones generales de 2005, debido a que su nombre va unido a Irak y un apoyo incondicional al presidente de EE UU, George Bush. Las presiones se verán azuzadas con el resultado electoral, a la espera de los resultados de los comicios europeos, que se darán a conocer el domingo.

Por su parte, la titular de Cultura, Tessa Jowell, también ha reconocido que se ha tratado de un "voto de protesta". En el lado de los críticos, la parlamentaria laborista Christine McCafferty ha exigido al primer ministro que se disculpe por la guerra y que admita que se equivocó si quiere recuperar la confianza de los votantes. "Si el primer ministro dijese: 'Me equivoqué' y pidiese perdón, entonces mucha gente estaría dispuesta a volver a confiar en él. Pero si no lo hace, creo que muchos votantes pensarán que es hora de tener un nuevo líder", ha señalado McCafferty en declaraciones a la BBC.

El líder del Partido Liberal, Charles Kennedy, analiza los resultados ante la prensa, que le sitúan en segundo lugar tras los conservadores y por delante de los laboristas.
El líder del Partido Liberal, Charles Kennedy, analiza los resultados ante la prensa, que le sitúan en segundo lugar tras los conservadores y por delante de los laboristas.REUTERS

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