Castro encabeza una marcha de un millón de personas contra el endurecimiento del embargo
El presidente cubano se muestra dispuesto a morir combatiendo contra EE UU
El presidente cubano, Fidel Castro, ha encabezado hoy en La Habana una masiva manifestación contra el endurecimiento del embargo estadounidense que ha convocado a más de un millón de personas en la capital cubana. Castro se ha declarado dispuesto a morir combatiendo en defensa de Cuba si es necesario, en un mensaje dirigido a su homólogo estadounidense, George W. Bush.
La marcha ha tenido como destino la Sección de Intereses de EE UU de La Habana y ha sido convocada contra la "política fascista de Bush". Como es habitual, Castro ha dirigido un mensaje a los congregados, explicándoles que se trataba de "un acto de indignada protesta y una denuncia contra las brutales, despiadadas y crueles medidas que su gobierno [el de Bush] acaba de adoptar contra nuestro país". "El objetivo de estas líneas no es ofenderlo ni insultarlo, pero como usted se ha propuesto intimidar y atemorizar a este país, y finalmente destruir su sistema económico, social, su independencia y, de ser necesario, su propia existencia física, considero un deber elemental recordarles algunas verdades".
Castro se ha mostrado especialmente duro con el presidente estadounidense, al que ha acusado de "agredir a Cuba por razones políticas mezquinas en busca del apoyo electoral de un grupo decreciente de renegados y mercenarios sin ética ni principio alguno". Además, le ha negado cualquier legitimidad "para hablar de terrorismo porque lo rodean un grupo de asesinos que mediante actos de ese tipo han causado la muerte a miles de cubanos". "Suena hueco y risible escucharlo a usted hablar de derechos humanos en Cuba", ha sentenciado.
Incluso se ha mostrado dispuesto a morir combatiendo contra EE UU: "Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos: Salve César, los que van a morir te saludan", ha dicho Castro, para después lamentar "que no podría siquiera verle la cara porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria".
Después de la alocución, Castro ha encabezado la movilización, que ha abarrotado el malecón habanero, las calles colindantes y ha paralizado la ciudad. Cientos de miles de personas portaban banderitas cubanas y vestían camisetas rojas para dar colorido a la marcha, que ha transcurrido con absoluta normalidad. Algunos portaban pancartas con esvásticas nazis con alusiones a Bush, imágenes de él con un bigote hitleriano y fotografías de detenidos torturados por soldados norteamericanos en Irak.
La movilización es una de las respuestas de La Habana a las medidas anunciadas la semana pasada por la Casa Blanca para acorralar al régimen comunista de Castro y acelerar la transición en la isla y que proponen, entre otras cosas, reducir los viajes de cubano-estadounidenses y limitar los recursos que pueden llevar a Cuba.
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