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LA POSGUERRA DE IRAK | La ola de secuestros

Hallado muerto uno de los ciudadanos daneses secuestrados en Irak

La noticia ha sido confirmado por el ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Copenhague

Henrik Frandsen, un hombre de negocios danés de 35 años secuestrado hace unos días en Irak ha sido hallado muerto, según ha confirmado el ministerio de Exteriores del Gobierno de Copenhague en un comunicado. "No hay aún información sobre los causantes del asesinato", añade el texto. El 16 de abril el ministerio confirmó el rapto de un compatriota en Irak del que entonces no se facilitó su identidad.

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El fallecido fue secuestrado en la localidad de Al Tadij, a las afueras de Bagdad, sin que aparentemente hubiera razones políticas de fondo, y había viajado a Irak con un conocido para poner en marcha una empresa en Basora, al sur del país, según ha informado la cadena estatal danesa "DR 1".

"El ministerio fue informado anoche por las autoridades de la coalición de que el ciudadano danés fue encontrado muerto por la Policía iraquí el 12 de abril de 2004", añade el comunicado.

Otawa confirma otro rapto

Por otra parte, el Gobierno canadiense ha confirmado esta noche que el compatriota Rifat Mohammed Rifat, que sigue desaparecido en Irak, ha sido secuestrado. Otawa posee poca información sobre los presuntos raptores, según ha informado la cadena de televisión CBC.

Rifat, nacido en Irak hace 41 años pero con nacionalidad canadiense, país al que emigró hace 23 años, fue visto por última vez el pasado ocho de abril cuando abandonaba una prisión en el oeste de Bagdad en la que trabajaba para una compañía saudí haciendo reparaciones.

En los últimos días la crisis iraquí ha entrado en una nueva y preocupante fase: la de los secuestros. Unas 40 personas de doce nacionalidades distintas, algunas de ellas sin tropas en el país, permanecen cautivas de grupos diversos.

Los objetivos son múltiples: presionar sobre sus Gobiernos y socavar la voluntad de la coalición; negociar mejores condiciones con vistas al reparto de poder que se avecina tras el 30 de junio; lograr repercusión internacional y generar un clima de total inseguridad que mine los esfuerzos de reconstrucción.

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