Putin acusa a los separatistas chechenos del brutal atentado contra el metro de Moscú
Un diario ruso asegura que el número real de muertos puede triplicar la cifra oficial y llegar a los 120 fallecidos
Moscu se ha despertado hoy traumatizada por el terrible atentado cometido ayer en el metro y con una gran confusión en torno al número de víctimas mortales, que según algunas fuentes puede triplicar la cifra oficial de 39 muertos. Mientras tanto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en plena campaña para su reelección, ha culpado a los separatistas chechenos, a los que ha advertido de que "Rusia no negocia con terroristas, los aniquila".
El diario ruso Kommersant, uno de los más rigurosos del país, afirma, en su edición de hoy, que el número real de muertos del ataque perpetrado ayer en el segundo vagón de un tren del metro de Moscú a la altura de la estación Avtozavódskaya, a dos paradas del Kremlin, puede triplicar la cifra oficial y llegar a los 120 fallecidos. Según el balance oficial, el atentado causó 39 muertos (a los que algunas fuentes añaden otro más, fallecido en un hospital a causa de sus heridas) y 134 heridos, de los cuales hoy siguen hospitalizados 128, incluidos 34 en estado grave y muy grave. Un portavoz del Comité de Sanidad de la capital ha señalado a Interfax que en el lugar "fueron hallados 24 cadáveres y 32 fragmentos de cuerpos humanos, que deberán ser identificados".
Sin embargo, un médico que participaba en la recogida de restos humanos en el túnel del metro ha señalado al rotativo que en total había 120 pasajeros muertos: "Hay unos 60 cadáveres enteros y otros tantos destrozados". Por su parte, agentes de seguridad encargados de las pesquisas han reconocido al periódico que había "al menos cien muertos, pero es una cifra aproximada", al tiempo que han vaticinado que la definitiva no se conocerá hasta dentro de una semana, cuando termine la identificación de todos los restos. El atentado con explosivos, de una potencia equivalente a cinco kilos de trilita y que fue cometido en plena hora punta, a las 8.30 hora local (dos horas menos en España), fue rápidamente atribuido a la guerrilla chechena.
Masjádov niega cualquier implicación
Así, la Fiscalía rusa no tiene dudas: "la huella chechena" está detrás del ataque. Sin embargo, el presidente independentista Aslán Masjádov desmintió cualquier relación de los rebeldes con el ataque y fuentes del Ministerio del Interior no descartan que se trate de un accidente causado por un viajero que portaba "alguna sustancia explosiva". Pero la versión principal que investigan las fuerzas de seguridad apunta a que el ataque fue perpetrado por un terrorista suicida, aunque tampoco se descarta que los extremistas hubieran introducido y abandonado en el vagón una bolsa o maletín con los explosivos. En todo caso, la Policía de Moscú busca a tres individuos de "apariencia caucasiana", un hombre y dos mujeres, que fueron vistos en Avtozavódskaya justo antes de la explosión.
El hombre, de más de 40 años y vestido con un chaquetón negro y un gorro de lana oscuro, abordó a un empleado del metro de Moscú en la estación Avtozavódskaya y le dijo: "Esperen, van a tener una fiesta". A continuación profirió una retahíla de juramentos obscenos y desapareció, momentos antes de la explosión. El hombre había sido filmado antes de la tragedia por una cámara de seguridad junto con dos mujeres y una de ellas llevaba dos maletas. Su retrato robot ha sido difundido por los medios rusos, que piden la cooperación ciudadana para hallar al principal sospechoso. Horas después del atentado, el presidente ruso, Vladímir Putin, señaló: "No necesitamos ninguna confirmación, sabemos a ciencia cierta que Masjádov y sus bandidos están involucrados en este terror".
Putin reiteró que no negociará con los separatistas sino que lanzará una guerra sin piedad contra ellos para aniquilarlos, ya que un principio básico de la comunidad internacional es "el rechazo categórico a cualquier diálogo con los terroristas". Las medidas de seguridad han sido reforzadas hoy en Moscú y en sus aeropuertos y, sobre todo, en el metro. En los accesos a la capital, la policía realiza una revisión exhaustiva de los vehículos y sólo deja pasar a los que están empadronados permanente en Moscú. La policía se encuentra en estado de alerta máxima, que probablemente será mantenido hasta las elecciones presidenciales del 14 de marzo. Las fuerzas de seguridad no excluyen que los chechenos estén preparando nuevos atentados para el 23 de febrero, día en que se cumplen 60 años de la deportación de su pueblo ordenada por Stalin.
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