El presidente de Irán repudia las armas nucleares ante los líderes de la comunidad internacional
Se inaugura en Suiza la reunión del Foro Económica Mundial, centrada en las relaciones transtlánticas y el islam
La pequeña localidad de Davos, a la sombra de gigantes en el corazón alpino de Suiza, se ha convertido esta tarde en la capital económica y política del planeta con la apertura del Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en ingles; www.weforum.org). Dos millares de políticos, empresarios e intelectuales (y sobre todo periodistas) se juntan durante cinco días a debatir sobre los problemas del mundo, aunque sea más para mitigar sus efectos que para erradicar sus causas.
La sesión inaugural ha servido al presidente de Irán, Mohamed Jatamí, para asegurar a quien quiera oírle que su Gobierno nunca ha querido desarrollar o adquirir armas de destrucción masiva, algo a lo que de hecho "se opone de forma vehemente". Así, tras negar una vez más que no ha proporcionado armas nucleares de Corea del Norte, ha tendido la mano a la Agencia Internacional de la Energía Nuclear para "cooperar de forma sincera y honesta".
El 'eje del mal'
Irán y Corea del Norte son, junto con Irak, los tres vértices del eje del mal señalado como máxima preocupación en materia de seguridad internacional por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Ayer, en su discurso sobre el Estado de la Unión, el mandatario estadounidense volvió a defender su política de guerra preventiva para doblegar a los dos países que aún quedan en pie.
El gesto de Jatami hoy va encaminado así a evitar seguir los pasos de Irak, sobre todo en tanto en cuanto ha abogado por el diálogo y el respeto mutuo además de intentar borrar cualquier sospecha de que su país pueda ligarse con las cuatro palabras malditas: armas de destrucción masiva.
La "fanfarria" de Bush
Aún así, no ha evitado calificar de "pura fanfarria" las palabras de Bush, y ha señalado que su política rara vez tiene éxito; como ejemplo ha señalado el caso de Afganistán, donde no ha podido capturar a Osama Bin Laden o acabar con la amenaza de la red terrorista Al Qaeda. Respecto a la intervención en Irak, Jatamí ha acusado a la Casa Blanca de "engañar a la opinión pública, porque [allí] no había armas [de destrucción masiva]", y ha avanzado su "oposición enérgica al desmembramiento" del país.
Fue precisamente la acción militar en Irak, inminente cuando se celebraba la pasada edición de este encuentro, la que provocó entonces tensión y desencuentros entre Washington y los Gobiernos europeos. Este año todos los esfuerzos se encaminan a borrar las huellas de esa ruptura, reanudando el diálogo transatlántico.
Remendar Doha
Especial importancia tendrá además el acercamiento de posturas en materia comercial tras el fracaso de la cumbre de Doha (y la reunión ministerial de Cancún), y más teniendo en cuenta que precisamente ayer se clausuró en Bombay el encuentro anual del Foro Social, la respuesta de centenares de grupos y asociaciones a Davos para tratar de luchar contra las consecuencias negativas de la globalización.
El responsable de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, había animado por carta a los ministros del ramo de los 146 países miembros de la Organización Mundial del Comercio a retomar las negociaciones rotas en Doha, prometiendo hacer un serio esfuerzo para lograr un acuerdo que permita reducir o eliminar las tarifas aduaneras en la importación de bienes y servicios. Así lo ha anunciado al menos hoy el responsable egipcio, Youssef Boutros-Ghali, que ha agradecido este gesto, aunque ha reconocido que el objetivo principal será lograr un pacto de mínimos en las cuestiones relativas a la agricultura.
La evolución del mundo islámico y, en especial, la situación en Irak (el administrador civil del país, el estadounidense Paul Bremer, ha cancelado a última hora su viaje a Davos), se suman este año a temas tradicionales como las tensiones en los mercados de divisas, la burbuja inmobiliaria o la internacionalización empresarial, todo ello bajo la divisa de impulsar "una asociación para la seguridad y prosperidad" dentro de una comunidad global.
Sentada en el aeropuerto
Pese a que las autoridades suizas no se han andado con chiquitas y han prohibido todo tipo de concentración o manifestación en Davos durante la cumbre, cerca de 200 personas han realizado hoy una sentada de protesta en el aeropuerto de Zurich para tratar de cerrar la principal línea de acceso a la pequeña localidad alpina a los "gatos gordos" que se han de reunir allí.
Los manifestantes han bloqueado la carretera de salida de la instalación aeroportuaria, y han tratado sin éxito hacer lo propio en los principales puentes de la ciudad para cortar el tráfico. Suiza ha gastado ocho millones de dólares en evitar cualquier tipo de incidente que afecte a la reunión.
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