Un juez inglés condena a cadena perpetua al asesino de Jessica y Holly

El ex conserje Ian Huntley ha sido condenado a cadena perpetua por el asesinato de las niñas de 10 años Holly Wells y Jessica Champman, que desaparecieron de sus domicilios en el pueblo de Soham, al sur de Inglaterra, el 4 de agosto de 2002. La condena la impuesto un juez después de que el jurado declarara culpable al acusado.

Huntley, de 29 años, era el único acusado de la muerte de las niñas. Su novia, Maxine Carr, ha sido declarada culpable de un delito de obstrucción a la Justicia e inocente del cargo de complicidad con el acusado. Carr ha sido condenada a tres años y medio de cárcel, aunque ya ha cumplido la mitad de la condena.

El condenado negó durante el juicio la autoría de los asesinatos y defendió que todo fue un accidente. Huntley admitió haber llevado a las niñas a su propia casa, pero aseguró que Holly falleció después de darse un fuerte golpe en el cuarto de baño. Después, y siempre según la versión del condenado, Jessica comenzó a gritar y él le tapó la boca de tal modo que acabó matándola.

La fiscalía, sin embargo, aseguró que el acusado, que trabajaba en el colegio al que acudían las menores, decidió asesinarlas después de que fallaran sus planes para abusar sexualmente de ellas.

El jurado finalmente ha condenado a Huntley por secuestrar a las niñas, asesinarlas, quemar sus cuerpos y abandonar los restos en un bosque. El juicio, que ha sido seguido con intensidad por todos los medios de comunicación británicos, ha durado seis semanas, y el jurado ha tardado 17 horas y 32 minutos en acordar el veredicto.

El caso conmocionó en su día al Reino Unido y provocó un gran despliegue policial para buscar a las pequeñas, cuyos cuerpos fueron encontrados en una zona boscosa próxima a Soham quince días después de su desaparición. Las pequeñas, que habían estado jugando juntas el domingo 4 de agosto de 2002, habían salido a comprar golosinas cuando fueron vistas por última vez con sus camisetas del Manchester United.