El "desacuerdo total" sobre el reparto de poder hace fracasar la Cumbre de Bruselas

La falta de acuerdo entre los 25 sobre el reparto de poder ha hecho fracasar la Cumbre de la UE en Bruselas, la llamada cumbre de la Constitución. Las posturas de España y Polonia, que no aceptan un sistema de voto distinto al pactado en Niza en 2000, han llevado a la presidencia italiana a suspender la reunión. El primer ministro italiano y presidente de turno de la UE, Silvio Berlusconi, ha reconocido a primera hora de la tarde el fracaso de las negociaciones sobre el borrador de Constitución propuesto por la Convención, por el "desacuerdo total" en el tema del reparto de poder. Europa tendrá que esperar para tener una Carta Magna.

"Era un escenario posible", ha dicho Aznar en su intervención ante los medios una vez consumado el fiasco. La suspensión de la Cumbre flotaba en el aire habida cuenta de lo enrocado de las posiciones. Pese a los intentos de última hora, entre ellas tres propuestas de la presidencia italiana, España, Polonia, Alemania y Francia han mantenido sus posturas, por lo que Berlusconi ha suspendido la Cumbre que ya antes había aplazado con la esperanza de lograr un acuerdo. Francia y Alemania insisten en la bondad del sistema de doble mayoría propuesto por la Convención (las decisiones se tomarían por mayoría del 50% de estados que representen el 60% de la población), mientras que España y Polonia rechazan el sistema porque, como países medios, tienen difícil la formación de mayorías y la de minorías de bloqueo, y defienden el Tratado de Niza, que les otorga 27 votos frente a los 29 de los grandes y les facilita poder bloquear decisiones.

Constatado el fracaso, el presidente español se ha manifestado "decepcionado" por el resultado de la Cumbre, pero ha repartido las culpas entre los 25 miembros. "No es el momento de señalar con el dedo", ha dicho Aznar, que ha querido dejar muy clara la "voluntad positiva" de la delegación española, que ha propuesto varias iniciativas para llegar al consenso, "siempre con la base de lo acordado en Niza".

División de Europa

Menos benévolos con España y Polonia se han mostrado los países que enarbolan la bandera de la nueva Constitución, Francia y Alemania. El canciller alemán, Gerhard Schröder, ha culpado a Madrid -"por tradición"- y a Varsovia -por razones políticas internas- del fracaso de la Cumbre. "Ha habido dos países que no querían moverse", ha dicho. Mientras, Jacques Chirac, presidente francés, ha ido un poco más allá: ha explicado que se ha reunido con los jefes de Gobierno de España y Polonia y ha constatado que "no había flexibilidad de su parte ni posibilidad de negociación por razones que no puedo comprender".

El problema con el que la UE se encuentra ahora el de la división de Europa: que los estados miembros suscriban acuerdos bilaterales o multilaterales acordes con sus intereses o que se creen núcleos duros de países con intereses comunes. El presidente francés ya ha apuntado esta posibilidad, al proponer la creación de "grupos pioneros" en el seno de la Unión, lo cual es "una buena solución porque servirían como motor, como ejemplo y permitirán que Europa vaya más lejos, más rápido y mejor". No obstante, ha querido dejar claro que esos grupos estarían abiertos a todos los países.

Sin embargo, Berlusconi ya se ha mostrado contrario a la posibilidad de crear un núcleo duro en torno a los seis países fundadores de la UE (Francia, Alemania, Italia y el Benelux), una de las formaciones con las que se especulaba. "No creo que convenga crear grupos", ha dicho. También el presidente luxemburgués, Jean Claude Juncker, rechaza esta solución.

La Conferencia Intergubernamental que debía haberse culminado hoy, pues, continuará sus trabajos, esta vez bajo la presidencia irlandesa, que toma el relevo a Italia el próximo 1 de enero. No hay fecha para la continuación de los trabajos ni para posibles reuniones, pero todos los líderes europeos han expresado su deseo de que se empiece a trabajar por un acuerdo lo antes posible.