Italia propondrá mañana un reparto de poder en la UE opuesto a los intereses de España

La presidencia de turno de la UE, que ostenta Italia, presentará mañana un proyecto final de futura Constitución europea en el que se mantiene inalterado el sistema de reparto de votos por doble mayoría (el 50% de los países y el 60% de la población), para la toma de decisiones en el futuro Consejo. El Gobierno español se opone a este equilibrio, que deberá ser ratificado por la Conferencia Intergubernamental de los próximos días 12 y 13, y reclama que se mantenga la mayoría ponderada que se pactó en Niza en el año 2000.

"Mañana presentaremos una propuesta amplia que mantiene el sistema de reparto de votos previsto en la Convención", ha anunciado en conferencia de prensa el ministro italiano de Asuntos Exteriores y presidente de turno del Consejo de la UE, Franco Frattini, que ha reconocido que "ninguna otra propuesta alternativa que pueda tener éxito" ha logrado un mínimo consenso entre los socios comunitarios. Entre ellas, el ministro italiano ha mencionado la apuesta española de mantener el sistema de voto establecido en el Tratado de Niza, una segunda vía, que pasaría por modificar los umbrales de Estados y población establecidos por la Convención, y, como última solución, aplazar la decisión fijando una fecha para decidir la cuestión del voto más adelante (cláusula de rendez-vous en 2009 ó 2013). Ninguna de ellas ha convencido a la presidencia italiana, que presentará un texto idéntico al salido de la Convención europea que presidió el francés Valery Giscard D'Estaing.

"Mejor no tener una Constitución que tener una mala"

El ministro italiano también ha lanzado un mensaje "con toda claridad" a España y Polonia: la presidencia "no aceptará un compromiso a la baja" ni una Constitución europea "que no sea de alta calidad". "El viernes (día que comienza la cumbre) veremos si puede mejorarse el texto de la Convención, pero con una condición, la de no ir hacia atrás ni negociar un compromiso a la baja". "Es mejor no tener una Constitución que tener una mala. La alternativa no es tener un mal tratado, sino no tener Constitución, que quede claro", ha afirmado rotundo.

La misma advertencia ha lanzado poco antes el jefe de la diplomacia francesa, Dominique de Villepin, que ha defendido la consecución, el próximo fin de semana, de un texto constitucional que "sea ambicioso" y que zanje definitivamente la disputa del reparto de poder. Así, ha rechazado cualquier fórmula que postergue para más adelante la solución de esta espinosa cuestión. "Nos parece que la propuesta de la Convención es sabia y no queremos entrar en cualquier tipo de mercadeo", ha subrayado.