Al menos diez muertos y setenta heridos en seis bombardeos israelíes sobre Gaza
Sharon insiste en "apartar" politicamente a Arafat
El Ejército israelí ha respondido, como suele hacerlo, con contundencia al último ataque palestino, que ayer se cobró la vida de tres soldados israelíes, emboscados en Ramala por milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo radical vinculado al movimiento Al Fatah, que dirige el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat. Hasta en seis ocasiones ha bombardeado hoy la franja de Gaza, matando al menos a diez palestinos, dos de ellos miembros de Hamás, e hiriendo a casi un centenar de personas.
Los ataques se han iniciado a primera hora de la mañana y en el segundo de ellos, los misiles israelíes lanzados desde el aire han alcanzado un coche en el que circulaban miembros del movimiento islámico Hamás en la ciudad de Gaza. Otros tres ataques han sido dirigidos por la mañana contra instalaciones palestinas en las que Israel sospechaba que se elaboraban armas. Ya después de anochecer, otro misil israelí ha alcanzado otro coche en Gaza, matando a dos personas e hiriendo a otras 30. Cuando una multitud de civiles se acercó al lugar de este ataque, los helicópteros de Sharon los bombardearon, causando una auténtica masacre, según los testigos.
Hamás ha clamado venganza tras confirmar que dos de sus militantes habían fallecido en el ataque contra el coche, identificados como Jaled al Masri e Iyad Fayez al Hilu, ambos de 28 años. El tercer fallecido es Marwan al Jatib, de 35 años, que se encontraba en las cercanías del coche atacado.
Arafat, apartado
Pocas horas después de los ataques, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se ha encargado de inaugurar el periodo de sesiones de invierno de la Knesset, el Parlamento hebreo, en el que ha cargado contundentemente contra Arafat. "El presidente de la Autoridad Palestina es el mayor obstáculo para la paz en Oriente Próximo y, por tanto, Israel está decidido a conseguir su "apartamiento" de la escena política". El Gobierno de Sharon maneja desde hace semanas la idea de desterrar al presidente de la Autoridad Palestina o incluso eliminarlo. A juicio de Sharon, la política contemporizadora de Arafat para con los grupos radicales palestinos es la principal traba para la paz, por lo que ha vuelto a llamar al desmantelamiento de las organizaciones terroristas palestinas.
Aunque la aversión del Gobierno derechista del Likud por Arafat es conocida, el primer ministro ha elevado hoy el tono al declarar abiertamente su disposición a "retirar" a Arafat de la vida política. El motivo: el de siempre. Arafat no cumple con la exigencia de desmantelar a los grupos radicales palestinos que cometen atentados terroristas en territorio israelí. De hecho, el mes pasado, después del atentado que se cobró en Haifa la vida de 19 personas, el Gobierno israelí decidió el apartamiento de Arafat, aunque no lo llevó a cabo por las presiones internacionales.
Ante el Parlamento, Sharon ha reiterado por enésima vez el llamamiento a "erradicar el terrorismo" y a continuar con el proceso de reformas que exige y permite el cumplimiento del último plan de paz para la región, la llamada Hoja de Ruta, elaborada por el Cuarteto de Madrid (UE, ONU, EE UU y Rusia). "Los palestinos deben respetar sus compromisos, a saber, erradicar el terrorismo, continuar las reformas de la Autoridad Palestina, dotarse de un nuevo Gobierno comprometido contra el terrorismo, cesar la incitación a la violencia de los medios y los manuales escolares y desmantelar los grupos terroristas", ha leído Sharon ante los diputados.
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