La Casa Blanca niega haber revelado el nombre de una espía y rechaza una investigación interna
El marido de la agente, el diplomtático que criticó a Bush por mentir sobre Irak, asegura que van a por él
El departamento de prensa de la Casa Blanca ha negado esta mañana haber filtrado a un grupo de periodistas el nombre de una espía y ha prometido que colaborará en el esclarecimiento de los hechos, aunque no abrirá una investigación interna. La CIA, organismo que encubría a la agente, ha promovido por su parte una investigación formal del Departamento de Justicia para aclarar el caso. Se da la circunstancia de que la agente, Valerie Plame, es la esposa de Joseph Wilson, el ex embajador que criticó a Bush por usar acusaciones falsas contra Sadam.
"El presidente cree que desvelar información secreta es un asunto muy serio y debe ser investigada de la forma más exhaustiva por el organismo adecuado y ese organismo es el departamento de Justicia", ha declarado esta madrugada el jefe de prensa de la Casa Blanca, Soctt McClellan a los periodistas. "Nadie está autorizado a hacer eso. Simplemente, esa no es la manera en la que trabajamos", ha añadido.
Los senadores Tom Daschle, Joe Biden, Carl Levin y John Rockefeller han enviado una carta al presidente Bush para pedirle que se nombre un fiscal especial que lleve la investigación de forma totalmente independiente del secretario de Estado, John Ashcroft. "Hay demasiadas cuestiones pendientes como para dejar abierta la posibilidad de una intervención política", ha declarado John Kerry, uno de los candidatos demócratas a las presidenciales de 2004.
Una operación premeditada
Wilson tampoco se fía de la aparente buena voluntad de la Casa Blanca y asegura que la filtración tenía un único objetivo: ir a por él. "La decisión de revelar el nombre de mi mujer estaba claramente diseñada para evitar que otros dieran un paso adelante", dijo ayer en la cadena de televisión ABC. Wilson apunta directamente con el dedo a Karl Rove, estratega político y sombra permanente de Bush. "Espero ver como algún día sacan Karl Rove esposado de la Casa Blanca", dijo ayer.
La Administración del presidente George W. Bush había encargado al diplomático que investigara los supuestos intentos del ex dirigente iraquí de adquirir uranio enriquecido en Níger. Tras una misión en ese país, Wilson llegó a la conclusión de que esas acusaciones no tenían fundamento, pero Bush las utilizó en un discurso a la nación como justificación para la intervención militar en Irak.
Wilson entregó entonces a la prensa los resultados de su misión, que contradecían las afirmaciones del presidente. Poco después, un editorialista del 'Washington Post publicó que la esposa de Wilson era agente de la CIA.
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