El pizzero que llegó tarde a atracar un banco
Un hombre muere al estallar una bomba que llevaba adosada al cuerpo después de robar una sucursal bancaria en Estados Unidos
Brian Douglas Wells tenía 46 años y trabajaba en un pizzería de Erie, un pequeña ciudad en el noroeste del Estado norteamericano de Pennsylvania. El pasado jueves, su jefe recibió un pedido por teléfono, pero como no conocía la dirección a la que había que llevar la pizza le pasó el encargo de Wells. El empleado salió poco después a llevar el pedido a una zona rural cerca de la ciudad, y ya no volvió.
Wells regresó esa misma tarde, pero en lugar de volver a la pizzería se dirigió a una sucursal bancaria de Erie y escribió un mensaje en un papel que le pasó a los cajeros: quería el dinero, y tenía una bomba para conseguirlo. Así que se le dieron. Wells volvió a su coche, dispuesto a huir, pero fue rodeado por la policía, que le sacó del vehículo y lo esposó.
El detenido comenzó entonces a implorar ayuda a policía: según clamaba, había sido obligado a robar el banco. Los agentes aún esperaban a los artificieros que debían desactivar el explosivo cuando la bomba que Wells llevaba adosada a su pecho estalló y le mató, apenas 40 minutos después de que entrara en el banco.
"¿Por qué nadie intenta quitarme esta cosa?", se lamentaba el detenido poco antes del estallido, según pudieron registrar las cámaras de una televisión local. En esa grabación se puede observar además que Wells llevaba bajo la camiseta un artefacto con un temporizador al que se le estaba acabando el tiempo. Según la policía, Wells llevaba una bomba "muy sofisticada" colgada del pecho, pero, según informa la CNN, aún no ha logrado solucionar el caso.
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