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Reportaje:

Cone vs Carlson

Un millonario de Florida llevaba una doble vida con dos familias desde hace 30 años

Donald S. Cone y Donald Carlson pertenecían a dos influyentes familias de Florida, pero nunca se encontraron en los numerosos actos sociales a los que acudían. No podían. Eran la misma persona. El estado de Florida se ha visto sorprendido por la noticia de que Donald S. Cone, de 74 años, millonario propietario de una empresa de construcción de autopistas, mantenía una doble vida, con dos identidades y dos familias pudientes, residentes a apenas 30 kilómetros una de otra, desde hace más de 30 años.

Nada hizo sospechar nunca a Jean Ann Cone, esposa del millonario, con el que tuvo tres hijos, que las frecuentes ausencias de su marido se debieran a otra cosa que a los múltiples viajes que, como adinerado ejecutivo, tenía que emprender. Tampoco la familia Carlson, al menos los dos hijos, sospechaban que las frecuentes ausencias del cabeza de familia correspondían a otras obligaciones familiares.

El pastel se ha descubierto tras la muerte en marzo de la legítima esposa de Cone, Jean Ann. Dos semanas después, el millonario contrajo matrimonio con la que ha sido la otra mujer de su vida, Hillary Carlson, una ex empleada de su compañía 18 años menor que él a la que conoció, al parecer, en los años 70. La boda, que tuvo lugar en el condado de Sumter, al norte de Tampa, fue publicada en las páginas sociales de un diario local. Amigos de la(s) familia(s) leyeron casualmente el listado y todo el tinglado se fue a pique.

El caso es que durante estas tres décadas, Cone ha mantenido una farsa aderezada hasta el más mínimo detalle, manteniendo dos familias al más puro estilo americano y con grandes similitudes entre ambas. Tanto Jean Ann como Hillary se contaban entre las mujeres más ricas e influyentes de Tampa, apadrinaron y cedieron su apellido -biblioteca Jean Ann Cone, estadio Carlson- a algunas de las instalaciones de los colegios de los hijos Cone y Carlson, por supuesto los mejores de la zona, hicieron generosas donaciones a la comunidad y asistieron a los más selectos eventos sociales de la gente bien de Tampa (por supuesto siempre solas). No obstante, ambas historias gravitaban sobre una farsa.

Sospechosa muerte

Otro de los ingredientes del caso es la muerte de Jean Ann, una amante de la vida y las fiestas que fue encontrada muerta en marzo en el asiento del conductor de su Rolls-Royce en el garaje de su mansión. La última persona que la vio con vida fue una amiga que la acompañó a casa tras una reunión social y que la vio entrar en el garaje y cerrar la puerta tras ella. La policía cree que murió después de aparcar el coche pero antes de apagarlo. Luego fue encontrada por la hija y se localizó al esposo, ausente, cómo no, pero que se mostró muy afectado por la muerte de Jean Ann. La policía, a petición de la familia Cone, molesta por la inmediata nueva boda del cabeza de familia, emprendió una investigación, pero no halló indicios de la intervención de nadie en la muerte de Jean Ann.

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La noticia ha dejado boquiabierta a la sociedad de Tampa, que no habla de otra cosa. Sin embargo, pocas palabras han salido de las bocas de ambas familias. Hillary Carlson no ha querido hacer declaraciones. Del lado Cone, Panky Show, una amiga de la familia que incluso fue madrina de la boda entre Donald y Jean Ann, ha expresado su sorpresa y su indignación por la "traición" del doble esposo. Una hija del matrimonio Cone, Julianne McKeel, sólo ha declarado en el periódico St Petersburg Times: "Mi madre murió, mi padre organizó un follón. Sólo queremos que nos dejen en paz". El protagonista de la farsa declina cualquier comentario.

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