EE UU reforzará su presencia en Liberia con 200 soldados más para frenar los saqueos y pillajes
Los rebeldes del LURD disparan al aire para evitar que los ciudadanos roben la comida de los almacenes de Monrovia
Un contingente adicional de 200 militares estadounidenses, entre ellos una pequeña fuerza de reacción rápida, será desplegada mañana en Liberia, sumida en el desgobierno, para ayudar a la fuerza oesteafricana encargada de la seguridad en Monrovia, según han declarado hoy altos responsables del Pentágono.
Precisamente esa zona caliente de la capital Liberiana ha sido hoy escenario de saqueos y pillajes protagonizados por miles de personas que buscaban alimentos. Y es que la situación en Liberia sigue siendo caótica tras el exilio forzoso, hace dos días, del ex presidente Charles Taylor.
Los saqueadores han roto las puertas de un enorme almacén donde se guardaban miles de sacos de harina de maíz donados por la agencia gubernamental estadounidense USAID y el Programa Alimentario Mundial (PAM) dependiente de la ONU.
Los milicianos rebeldes del LURD han intentado alejar a los desesperados ciudadanos disparando al aire. Este grupo rebelde controla la zona portuaría desde que lanzara su ofensiva contra Monrovia el 18 de junio y, desde ese momento, ha bloqueado tanto el suministro de pertrechos miliatres como la distribución de ayuda humanitaria a la población civil.
El LURD entregará mañana el puerto
Los rebeldes aceptaron ayer retirarse de Monrovia y entregar el puerto a una fuerza de paz enviada a Liberia por la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO). Los efectivos de la CEDEAO tienen previsto desplegarse en la zona del puerto de Freeport a las 12.00 (hora local y GMT) de mañana después de que los guerrilleros se desplacen hacia Tubmanburg, a unos 60 kilómetros al norte de la capital.
"Los civiles se están llevando la comida por su cuenta, nadie les ha autorizado la entrada a los almacenes del puerto", ha aclarado Sekou Fofana, subsecretario general del LURD. El grupo rebelde ha reforzado la vigilancia para "evitar una repetición de los desmanes" hasta que se entreguen las instalaciones a la fuerza de paz africana.
La entrega del poder por Taylor fue la condición que exigieron los rebeldes para deponer las armas y replegar a sus milicias, que desde hace tres semanas cercan Monrovia, después de ganar el control prácticamente de todo el territorio nacional desde el inicio de la revolución en 1999. La lucha por Monrovia -con 1,5 millones de habitantes-ha costado la vida de al menos 2.000 civiles, además de 250.000 desplazados, carentes de lo mínimo para sobrevivir y con escasez de asistencia médica y cirugía de guerra. No obstante, los rebeldes prometieron ayer retirarse de la ciudad tras reunirse con un oficial de EE UU, país que ha enviado fuerzas militares a Liberia para asegurar una transición pacífica.
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