Los equipos de rescate trabajan para encontrar supervivientes en Argelia
El violento terremoto causa más de un millar de víctimas
La ayuda internacional se sigue movilizando para auxiliar a las víctimas del violento terremoto que sacudió a Argelia la noche del miércoles. El número de víctimas, según el más reciente recuento, es de 1.467 muertos y 7.207 heridos. Cientos de personas han sido reportadas como desaparecidas y la Presidencia del Gobierno teme que la cifra mortal llegue a los 2.000. Reino Unido, Rusia, Portugal, Suecia y Turquía se han sumado en las últimas horas a España, Italia, Francia y Alemania en el envío de equipos de rescate, que trabajan a contrarreloj para sacar con vida a las personas que siguen enterradas bajo los escombros. Según la Embajada de España en Argel, no hay españoles entre las víctimas.
El terremoto alcanzó los 6,7 grados en la escala de Richter de acuerdo con el Centro Nacional Geológico de Información sobre Terremotos de EE UU; 5,8 según el Instituto Argelino de Astrofísica. La sacudida se registró a las 19.44 del miércoles (las 20.44 hora peninsular española) durante tres minutos y su epicentro se ha situado a siete kilómetros de la aldea de Zemmuri, en la provincia de Bumerdés, 45 kilómetros al este de Argel. Es el terremoto más violento de los últimos años y se ha sentido en otras zonas del Mediterráneo; ha provocado destrozos en Baleares.
En Argel todavía hay edificios derrumbados en los que los equipos de rescate trabajan para encontrar supervivientes entre los escombros, aunque a medida que pasa el tiempo esa posibilidad disminuye. Los rescatistas emplean perros adiestrados y aparatos de escucha para localizar a quienes siguen enterrados bajo los edifcios derrumbados.
Búsqueda de víctimas
El cuerpo de protección civil argelino calcula que son varios centenares de personas las que todavía están sepultadas, la mayor parte de ellas muertas y el resto aprisionadas en las ruinas de los edificios desplomados. Muchos han dormido esta noche fuera de sus hogares en los barrios de la periferia por miedo a nuevas réplicas.
Un millar de militares argelinos ha sido desplazado esta madrugada a la provincia de Bumerdés para trabajar en las labores de rescate de personas enterradas en los escombros de sus viviendas, derruidas por el seismo. Los rescatistas emplean perros adiestrados y aparatos de escucha para localizar a quienes siguen enterrados.
Ayuda internacional
La ayuda internacional llegada hasta el momento procede de España, Francia, Italia, Alemania, Suecia, Japón, Túnez, Libia, Marruecos, Turquía, Rusia, y la República Checa. De España salió ayer un avión Hércules con el primer equipo de rescate y varias toneladas de material; esta mañana han partido otros dos vuelos militares desde la base aérea madrileña de Torrejón, ha informado la Oficina de Información Diplomática (OID); entre los efectivos enviados figuran médicos y especialistas en rescates, un hospital de campaña y unidades caninas de la Policía Nacional, más
una coordinadora de Cruz Roja Española. Desde Málaga y Valencia han salido dos aviones Falcon enviados por la ONG Bomberos sin Fronteras, con unos veinte bomberos y perros adiestrados.
El Gobierno argelino ha creado una célula de crisis para hacer frente a la situación, mientras que el presidente, Abdelaziz Buteflika, se dirigió ayer a la zona afectada, donde calificó de "verdadera catástrofe nacional" el seísmo y ha llamado a sus compatriotas a ayudar a los damnificados. Además ha decretado a partir de hoy tres días de duelo nacional por las víctimas.
Comunicaciones interrumpidas
Las comunicaciones con Argelia se han visto seriamente interrumpidas desde el miércoles, pues el temblor dañó los cables submarinos telefónicos, a 2.500 metros bajo el agua. France Telecom trata a estas horas de recuperar el servicio de fijo y móvil, pues las comunicaciones celulares también han sido afectadas, y ha enviados tres embarcaciones a la zona para determinar el tamaño de los daños. La empresa francesa considera varias opciones, como el uso de satélites o el reenvío de las llamadas a través de los redes de Túnez o Marruecos.
