Berlusconi rechaza ante los tribunales italianos las acusaciones de corrupción
El primer ministro italiano declara en el tribunal de Milán en un proceso en el que se le acusa de sobornar a jueces
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha acudido al Palacio de Justicia de Milán para declarar como imputado en un proceso en el que se le acusa de soborno. Berlusconi ha rechazado las acusaciones en su contra, tachándolas de "extravagantes".
El primer ministro italiano es uno de los cuatro imputados en el caso SME. Se le acusa de haber sobornado a varios jueces entre 1985 y 1986 para impedir la venta de la empresa SME al empresario Carlo de Benedetti, en ese tiempo dueño de la firma Buitoni. La compañía alimentaria era por entonces pública y estaba bajo el control del holding estatal IRI, en ese tiempo dirigido por el actual presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. Después de que los jueces bloquearan la venta, un consorcio encabezado por Fininvest, una firma de Berlusconi, presentó una oferta mayor por SME.
Berlusconi, el primer jefe de Gobierno en comparecer como acusado en un juicio, ha comparecido ante el tribunal de Milán declarando bajo la fórmula de declaraciones espontáneas. Ello le permite exponer su respuesta a la acusación sin interrupciones y sin ser preguntado por la fiscalía o la defensa.
Acusaciones "extravagantes"
En el comienzo de su intervención, Berlusconi ha asegurado que las acusaciones de corrupción eran "extravagantes" y puso énfasis en que, gracias a su intervención, SME fue vendida por un precio mayor, lo que benefició a las arcas públicas.
El acusado ha asegurado que intervino a petición del entonces primer ministro, Bettino Craxi, y que él no obtuvo ningún beneficio. "Yo no tenía ningún interés directo, fue Craxi quien me rogó que interviniera porque consideraba que la operación perjudicaba al Estado", ha afirmado el jefe del Gobierno italiano
Berlusconi ha amenazado con convocar a elecciones si los jueces lo encarcelan. Su coalición en el Parlamento presiona para que se recupere en la ley italiana el beneficio de inmunidad para los altos dirigentes estatales. Este beneficio fue suspendido a principios de los noventa durante las investigaciones de los jueces de Manos Limpias sobre la serie de escándalos de corrupción conocido como Tangentopoli.
El caso SME está relacionado con otro proceso por corrupción en el que, la semana pasada, el ex ministro de Defensa y colaborador empresarial de Berlusconi, Cesare Previti, fue condenado a once años de prisión. En ese juicio, el primer ministro declaró como testigo, ya que los hechos también estaban vinculados a la gestión de Fininvest.
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