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La policía turca reprime con dureza una protesta por la falta de ayuda tras el terremoto

Medio centenar de niños siguen bajo los escombros del internado derrumbado

La búsqueda de supervivientes continúa sin descanso en el orfanato turco de Celtiksuyu, donde varias decenas de niños siguen atrapados bajo los escombros. En las últimas horas, siete de ellos han sido rescatados con vida. La falta de medios para las labores de rescate ha provocado hoy una protesta que ha sido reprimida a golpes y con disparos al aire por la policía. El Gobierno ha destituido al jefe de policía de Bengul tras estos incidentes. La protesta estaba protagonizada por kurdos, mayoría en la región, que ven la lentitud y escasez de la ayuda como causa de la falta de interés de Ankara.

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El primer ministro turco, Tayip Erdogan, ha culpado de los disturbios a provocadores de la ciudad, uno de los centros de la rebelión kurda separatista de los años 80 y 90. Erdogan ha defendido la labor de los agentes en los disturbios y ha negado negligencia por parte de su gobierno en el suministro de ayuda. "Los pasos se han dado con rapidez y los equipos de rescate controlan los lugares más peligrosos", ha dicho el jefe del Gobierno, pidiendo calma a la población acto seguido.

Mientras tanto, las autoridades han ofrecido hoy un nuevo balance, que cifra en 127 los muertos y 537 los heridos. Según el gabinete de crisis en la zona, 200 personas han quedado atrapadas por los escombros, la mayoría los niños que quedaron atrapados bajo el internado. 50 de ellos han muerto y se ha podido salvar la vida de otros 100. Además, se estima que otros 30 están todavía bajo las ruinas del colegio, aunque ya quedan pocas esperanzas de encontrar a alguien con vida.

Unidades de bomberos y policías con perros adiestrados en la búsqueda de personas no han parado de remover los escombros de la escuela, un edificio de cuatro plantas situado a unos 15 kilómetros de Bingol, con la esperanza de encontrar supervivientes. "Las literas de hierro y los armarios frenaron el desplome del techo y se ha creado un área de un metro de altura. Hemos rescatado a numerosos niños de esa especie de bocadillo en el que se ha convertido el edificio", ha explicado uno de los miembros de los equipos de rescate. "No hemos perdido la esperanza de encontrar más supervivientes", ha declarado a la agencia Anatolia el jefe de una unidad de rescate del Ejército, Oguz Tozak. Sin embargo, Tozak ha estimado que al menos dos tercios de los internos que se encuentran bajo los escombros han muerto.

Una multitud desesperada

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Mientras los servicios de rescate se emplean a fondo, los familiares de los niños, hijos de familias sin recursos, han pasado la noche cerca del edificio entre escenas de dolor y con la esperanza de que sus hijos sean los siguientes en salir con vida. Los testimonios de los supervivientes son de una inocencia conmovedora. Ayer, Veysel Dagselen, de 12 años, preguntaba en el hospital de Bingol: "Papá, ¿quién ha hundido la escuela? Mis amigos están esperando dentro. Cuando yo salí lloraban pidiendo ayuda".

Los habitantes de la provincia de Bingol, donde se registró el epicentro del terremoto a las 3,37 de la madrugada hora local (1.37 en la España peninsular), han pasado también la noche fuera de sus casas, muchos de ellos en tiendas de campaña, por temor a nuevos movimientos sísmicos. De hecho, ayer se registraron hasta 50 réplicas del terremoto, de 6.4 en la escala abierta de Richter. Entretanto, en la capital de la provincia de Bingol, las fuerzas de seguridad han disparado al aire para dispersar a una multitud que protestaba contra la lentitud de la llegada de ayuda. La Cruz Roja levantó ayer un centro de asistencia, donde se espera la llegada de 3.100 tiendas de campaña, 13.000 mantas, siete cocinas y toneladas de comida no perecedera.

Policías turcos detienen a un manifestante hoy en la ciudad de Bingol.
Policías turcos detienen a un manifestante hoy en la ciudad de Bingol.AP

Investigan a la constructora

La escuela hundida había sido construida en 1998, pero como ha quedado de manifiesto carecía de las necesarias medidas para prevenir daños por terremotos. Ayer, desde el lugar de la tragedia, el primer ministro Erdogan anunció la apertura de una investigación para depurar responsabilidades por el hundimiento del internado. Erdogan reconoció que se han incumplido las normas de construcción y prometió que los responsables serán perseguidos ante la justicia.

Además, cinco abogados han emprendido acciones legales contra los responsables de la edificación, Boskus Construcciones, propiedad de Seref Bozkus, cuya vivienda, así como las de sus hermanos, también se ha hundido a causa del terremoto. El sector de la construcción es uno de los más corruptos del país, y a menudo ignoran las normas en una de las regiones sísmicas más activas del mundo.

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