Bruselas investiga las escuchas ilegales a seis países del Consejo Europeo
Fuentes oficiales descartan que se sepa quién está detrás del escándalo
El Consejo de Ministros de la UE y los servicios de inteligencia franceses y alemanes han abierto una investigación por el reciente descubrimiento de sistemas de escuchas telefónicas ilegales en las sedes de las delegaciones de España, Francia, Alemania, Austria, Italia y Reino Unido en el edificio del Consejo en Bruselas, donde se reúnen habitualmente los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión.
Esta mañana, Dominique Marro, portavoz del Consejo, ha confirmado que Francia y Alemania no eran los únicos países afectados por estas escuchas ilegales, aunque hasta más tarde no se han dado a conocer el resto de países sometidos al espionaje.
Con estas declaraciones, Marro ha confirmado, parcialmente, la información publicada hoy en el diario francés Le Figaro. Este periódico acusaba directamente a Estados Unidos de este supuesto espionaje telefónico basándose en información de la policía belga. Este punto, sin embargo, ha sido radicalmente desmentido, ya que la UE afirma que no sabe quién está detrás de todo este escándalo.
El responsable se ha limitado a añadir que las escuchas han sido detectadas "hace unos días" y que fueron descubiertas con motivo de una inspección periódica llevada a cabo por la seguridad.
La oficina de Mister Pesc
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, Javier Solana, advirtió hace dos años de que no existían las medidas de seguridad necesarias para una institución como el Consejo de la UE, donde se manejan documentos de carácter secreto y confidencial. Sin embargo, la oficina de Solana no se ha visto afectada por las escuchas, así como los servicios militares, situados en un edificio cercano.
El escándalo no afectará a la reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea, que debatirá en Bruselas la postura comunitaria de cara a la eventual guerra en Irak. El descubrimiento de las escuchas ilegales se produce en un momento de alta tensión, y cuando existe una división en el seno de la UE respecto a la guerra en Irak, contra la que se han opuesto firmemente Francia y Alemania.
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