Hamas amenaza a todos los cargos públicos de Israel tras el asesinato de uno de sus jefes
Helicópteros israelíes llevan a cabo una ofensiva militar en Gaza desde primera hora de la mañana
Ibrahim Al-Makadma, jefe del brazo armado del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas), y sus tres guardaespaldas han muerto esta mañana al ser alcanzado el vehículo en el que viajaban por un misil disparado por el Ejército israelí en la franja de Gaza. El grupo terrorista ha prometido vengar su asesinato y ha amenazado a todos los cargos públicos de Israel.
"El asesinato de Al-Makadma abrirá una nueva fase de la guerra contra los judíos", ha declarado el dirigente de Hamas Abdel-Azziz al-Rantissi a la agencia Reuters. "Todos los líderes israelíes pasarán a ser objetivos de Hamas", ha asegurado. El movimiento de Resistencia Islámica se responsabilizó del atentado contra un autobús israelí en Haifa el pasado miércoles que dejó 15 muertos.
Helicópteros israelíes llevan a cabo una operación en la zona desde primera hora de la mañana en lo que parece una represalia por los ataques palestinos de ayer contra asentamientos judíos en Gaza y Cisjordania en los que murieron nueve personas.
Nueva táctica
Co-fundador de Hamas en 1984, Israel consideraba a Al Makadma el jefe de su brazo armado en los últimos meses y mentor de su política de atentados suicidas en la última década, que se ha cobrado las vidas de cientos de israelíes. A pesar de reconocer que se trata de un alto jerarca político de Hamas, esta organización nunca ha confirmado su liderazgo de las brigadas Azedin Al Kasam, y según distintos sectores no estaba vinculado con actividades militares.
En cualquier caso, la muerte de Al Makadma supone una nueva táctica por parte de Israel de atacar a figuras políticas palestinas, por primera vez desde que asesinó a Jamal Mnasur y Jamal Damuni en agosto de 2001, en la ciudad de Naplusa.
Cientos de integristas se han concentrado esta mañana frente al hospital de Gaza al que fueron trasladados los restos del dirigente y de sus tres guardaespaldas, que quedaron destrozados por las potentes explosiones de los misiles, cinco según testigos presenciales.
