Sharon perfila un Gobierno de centro derecha tras lograr un acuerdo con el partido de los colonos

El vencedor de las elecciones legislativas celebradas en Israel el pasado 28 de enero, el bloque derechista Likud del primer ministro, Ariel Sharon, y el Partido Nacional Religioso (Mafdal), portavoz de los colonos, han alcanzado esta mañana un acuerdo de coalición tras ocho horas de negociaciones, según han anunciado los responsables de ambos partidos.

La coalición, según informa la radio pública israelí, estará integrada también por el centrista Shinui (Cambio) del periodista Tomy Lapid, que el viernes llegó a un "entendimiento" con el Mafdal, una formación religiosa y ultranacionalista que defiende los asentamientos judíos y se opone a un Estado palestino. Por el momento, el Shinui no ha anunciado su adhesión al pacto, que supone el descarte del ultraortodoxo Shas, ya que era la condición sine qua non del Shinui, tercera fuerza política del país con seis escaños, para entrar en el Gobierno. Así, el nuevo Gobierno israelí será de centro-derecha.

La radio militar añade que Sharon prácticamente ha renunciado a un Gobierno de unidad nacional con los laboristas de Amram Mitzna, la segunda lista más votada, que anoche se daba casi por hecho. Aunque ningún portavoz laborista ha aclarado la situación, las posiciones del Shinui y de los laboristas sobre el conflicto son diametralmente opuestas, lo que dificulta un acuerdo. De hecho, el diputado del Mafdal Isaac Levy ha declarado esta mañana que su partido "hará todo lo posible" para impedir la creación de un Estado palestino.

Sharon, que dispone de cuatro semanas para dibujar su gobierno, y el líder laborista tenían previsto reunirse anoche, al concluir el descanso sabático. Aunque el encuentro fue anulado, la televisión pública ha informado de que los contactos continuaron entre ambas formaciones al tiempo que el Likud se sentaba a la mesa con el Mafdal.

El fracaso de las negociaciones

Según este medio, emisarios de Sharon y de Mitzna estaban redactando los términos de un posible acuerdo, que debía debatirse mañana en el comité del Partido Laborista. El viernes, la segunda sesión de conversaciones para establecer las bases de la negociación finalizó sin acuerdo debido a hondas divergencias entre las partes, sobre todo respecto de la solución del conflicto con los palestinos alzados desde hace casi 29 meses en Cisjordania y Gaza. Según lo poco que ha trascendido de sus conversaciones, Mitzna exigía un compromiso por escrito acerca de la reanudación de las negociaciones de paz con los palestinos, bloqueadas desde hace más de dos años, y la aceptación de un Estado palestino independiente en Cisjordania y Gaza.

En las elecciones, el primer ministro fue reelegido y su bloque derechista obtuvo 38 de los 120 escaños de la Knesset (Parlamento). Con el concurso de los diputados del Shinui y el Mafdal, Sharon podría gobernar con el apoyo de una mayoría simple de 61 legisladores. Mitzna, su principal rival, logró apenas 19 en un batacazo histórico. A pesar de sus diferencias ideológicas, el derechista Sharon, quien militó en las filas del laborismo en su juventud, no ha ocultado en ningún momento su preferencia por reeditar el pacto de la pasada legislatura antes que formar gobierno con sus aliados de la derecha.

Esta alianza, que muchos analistas sitúan en el epicentro del fracaso electoral del partido, se rompió en noviembre tras 22 meses de vida. Los sondeos indican que la mayoría de los israelíes, así como Sharon, quería ver el surgimiento de un nuevo gobierno de unidad para afrontar no sólo la guerra de baja intensidad con los palestinos sino, también, la grave recesión económica del país.