Una cadena de negligencias agravó la tragedia del metro de Daegu
El autor del incendio del metro de Corea dice que no quería suicidarse solo.- Un nuevo balance eleva el número de muertos a 125.- Otras 318 permanecen desaparecidas
Una cadena de negligencias agravó la tragedia del metro de Daegu, la ciudad surcoreana de Corea del Sur donde un incendio provocado dejó ayer al menos 125 muertos, 138 heridos y 318 desaparecidos, según el último balance de las autoridades. Esta mañana, en su primera declaración a la policía, el presunto culpable ha asegurado que prendió fuego al vagón para no suicidarse solo.
Según se ha sabido hoy, el conductor del segundo convoy incendiado, donde se produjo el mayor número de víctimas y que circulaba en sentido contrario a aquel donde se originó el fuego, no frenó al ver el humo al no haber recibido instrucciones del centro de control para detener el aparato. Lo único que se le comunicó fue que condujera "con cuidado" debido a un accidente en la estación.
Además, las tres puertas de los seis vagones quemados del convoy se mantuvieron cerradas. La policía investiga si esto fue a causa de defectos en el sistema eléctrico o por negligencia del conductor. Por último, los supervivientes han relatado que el personal del metro transmitió en dos ocasiones mensajes pidiendo calma y explicando que había tenido lugar un "accidente menor", y no tomaron medidas para evacuar a los pasajeros.
Difícil identificación
Tampoco funcionaron las luces de emergencia de los pasillos de la estación y el sistema de ventilación quedó inutilizado por la gran cantidad de gases tóxicos que, según los especialistas, producen los materiales utilizados en la fabricación de esos vagones. A todo esto se suma el hecho de que el metro de Daegu fue construido en 1997, un año antes de que el Ministerio de Construcción anunciara directrices de seguridad para casos de incendio.
"Pensé que era mejor morir con otras personas que sólo", ha dicho en sus primeras declaraciones a la policía el presunto pirómano desde el hospital donde se recupera de sus quemaduras de segundo grado. Dae Hwan, de 56 años, cuenta con un historial médico de desequilibrios mentales desde que sufrió una parálisis cerebral.
Debido a la difícil tarea de recuperación de los cuerpos, y las dificultades de identificación de los cadáveres, que se encuentran calcinados en el interior de los vagones del metro, las autoridades han indicado que el número definitivo de víctimas no se podrá conocer con exactitud hasta dentro de un tiempo.
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