El Likud de Sharon vence en las legislativas de Israel, marcadas por la abstención
El partido del primer ministro obtiene, según los sondeos, entre 32 y 36 escaños, por 19 de los laboristas y 17 del Shinui
El candidato del ultraderechista Likud, Ariel Sharon, ha obtenido la victoria en las elecciones legislativas de Israel, marcadas por la abstención, la más alta desde la creación del Estado de Israel en 1948. El partido de Sharon obtendrá, según los primeros sondeos a pie de urna, entre 36 y 32 escaños, mientras que los laboristas de Amram Mitzan sólo lograrían entre 17 y 19, certificando la mayor derrota de la historia del partido desde la creación de Israel, en 1948.
El gran vencedor, en todo caso, es el centrista Shinui (El Cambio), que casi alcanza al laborismo como segunda fuerza política y al que los sondeos atribuyen una horquilla de entre 14 y 17 asientos en un Parlamento de 120. En los comicios anteriores, el partido del periodista Tomy Lapid sólo había obtenido 6 escaños. También Sharon se ha apuntado un gran triunfo personal, ya que su partido contaba sólo con 21 diputados en la Knesset en la pasada legislatura.
La Cámara quedará completada con los entre 9 y 13 diputados obtenidos por el ultra-ortodoxo Shas, los 8-9 de la ultraderechista Unión Nacional y los 5 del Partido Religioso Nacional. El bloque izquierdista Meretz, partidario de la paz, ha pasado de 10 escaños a 5-7, certificando la derrota de la estrategia de la izquierda entre la población israelí.
Así, la única incógnita será la de quién acompañará al Likud en las tareas de Gobierno. Sharon dispone ahora de 20 días para negociar la formación del Ejecutivo. Es previsible que lo haga principalmente con los partidos derechistas.
Altísima abstención
La apatía ha presidido unos comicios legislativos cantados ya de antemano. La certidumbre del triunfo del actual primer ministro y cierto hartazgo electoral -son las cuartas elecciones generales en menos de siete años- ha provocado una abstención histórica. A falta de los resultados definitivos, a las 18.00, hora local (una menos en España), cuatro horas antes del cierre de los colegios, sólo el 54% de los cuatro millones de ciudadanos con derecho al voto habían emitido su sufragio, la participación más baja en unos comicios de este tipo desde el nacimiento de Israel.
El primer ministro ha sido entre los políticos, el más madrugador a la hora de acudir a su cita con las urnas. Sharon ha votado a primera hora en un colegio de Jerusalén, donde ha declarado que "éste es un gran día para la democracia israelí". Sin embargo, deberá enfrentarse a una aguda crisis económica, un alto índice de paro y a una Intifada que ha entrado en un callejón sin salida tras haberse cobrado más de 2.000 muertos, 700 de ellos israelíes.
En estas circunstancias, los israelíes han acudido a las urnas con desesperanza y rodeados por fuertes medidas de seguridad, con más de 30.000 policías y soldados que vigilan el proceso. Para prevenir posibles atentados, el Ejército israelí controlará de manera especial Gaza y Cisjordania hasta mañana por la mañana. También ha declarado el toque de queda en la ciudad palestina de Qalqiliya, en el norte de Cisjordania. Además, como fruto de las operaciones llevadas a cabo hoy por el Ejército israelí, nueve palestinos han resultado muertos.
Los laboristas no se aliarán con el Likud
El líder del Partido Laborista, Amram Mitzna, ha asegurado tras conocer su derrota electoral que el partido que encabeza permanecerá en la oposición. Mizna, en un discurso pronunciado esta noche, exhortó a la tercera fuerza política, el anti-clerical Shinui, a que cumpla con sus promesas de no aliarse con la ultraderecha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.