Powell dice que EE UU no piensa atacar Corea del Norte pese a la escalada nuclear

Un día después de que el Ejército norcoreano desplegase armamento en la zona desmilitarizada fronteriza con Corea del Sur, en violación del acuerdo que puso fin en 1953 a la guerra de Corea, el secretario de Estado de EE UU ha querido quitar hierro a este nuevo gesto de desafío de Pyongyang y ha asegurado que, pese a la escalada de tensión con el país asiático, que también decidió relanzar su programa nuclear la pasada semana, los planes de la Casa Blanca no incluyen un ataque a Corea del Norte.

Asimismo, en declaraciones a la cadena Fox News, Powell ha subrayado que la tensión en torno a la cuestión nuclear norcoreana es un "problema grave", pero no constituye una "atmósfera de crisis".

Desarme o ruina económica

No obstante, Estados Unidos ha diseñado una respuesta política adaptada a las circunstancias y un plan de presiones económicas ante el reto lanzado por Corea del Norte en los últimos meses. Tras admitir que posee la bomba atómica, el Gobierno norcoreano ha relanzado su programa de centrales nucleares y ha expulsado a los inspectores de armamento de la ONU. EE UU, que ha incluido al país asiático en su trío de "naciones malvadas", planea colocar ha régimen de Pyongyang ante la disyuntiva del desarme nuclear o la ruina económica.

El Gobierno de George W. Bush ha preparado un "plan de contención a medida" ante el desafío de Corea del Norte a las restricciones impuestas por la comunidad internacional y, particularmente, Estados Unidos, en materia de armamento y energía nuclear, según informa el diario The New York Times. Esta política se asienta sobre la base de una fortísima presión económica, y ya ha comenzado ha implementarse, según han confirmado fuentes gubernamentales a la cadena de noticias CNN.

Colapso del Gobierno y desestabilización de la zona

EE UU planea denunciar a Corea del Norte ante el Consejo de Seguridad de la ONU, para que este organismo imponga sanciones económicas al Gobierno de Pyongyang por violar el tratado de no proliferación de armas nucleares. Además, Washington desea que los países vecinos corten sus lazos comerciales con el régimen comunista. Todo ello bajo una tajante negativa a sentarse en la mesa de negociaciones hasta que Corea del Norte abandone su programa de armas nucleares.

El problema de este plan de presión es que podría colapsar el Gobierno del país asiático antes de lograr su objetivo de que éste abandone la carrera nuclear. Corea del Norte es uno de los países más empobrecidos y aislados del mundo, y sus gentes se ven azotadas por la hambruna periódicamente. En caso de colapso, podría desestabilizar el Asia Oriental, según ha señalado al diario neoyorquino un experto del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington, y nadie puede prever en que manos terminarían esas armas nucleares.