Los republicanos rompen la tradición y logran el control de las dos cámaras

Los primeros resultados de las elecciones legislativas en EE UU otorgan al Partido Republicano del presidente George W. Bush mayoría en las dos cámaras que forman el Congreso estadounidense. Con este respaldo mayoritario, Bush podrá continuar con su política internacional agresiva y, en el ámbito interno, podrá emprender su rebaja de impuestos y la creación de un superministerio de seguridad nacional, ambos extremos bloqueados hasta ayer por la mayoría demócrata en el Senado.

En el Senado las fuerzas han estado muy reñidas a lo largo del recuento, pero al final el Partido Republicano se ha hecho provisionalmente con 51 sillas y ha arrebatado la mayoría a los demócratas, que por ahora controlan 47. Esta victoria se ha confirmado después de que la candidata demócrata por Misuri, Jean Carnahan, reconociera su derrota frente al republicano Jim Talent. Según estos primeros resultados, los estados que tendrán un gobernador republicano también van a la cabeza.

La victoria de los republicanos en la jornada electoral de ayer ha sido interpretada por los analistas como un éxito personal del presidente George W. Bush y se ha reflejado también en los resultados de la Cámara de Representantes, donde han incrementado su mayoría.

Mayoría en la Cámara de Representantes

Según los últimos datos, los republicanos tienen asegurados 226 escaños en la Cámara de Representantes, diez más de los necesarios para ostentar la mayoría absoluta de los 435 miembros de la Cámara de Representantes.

Los demócratas han conseguido 204, hay un independiente y cuatro aún no han sido adjudicados. El partido de Bush ha logrado la mayoría de los pocos escaños de la Cámara que estaban indecisos, con la excepción de dos puestos del estado de Maryland.

Este triunfo republicano rompe la tradición política según la cual el partido en el Gobierno sufre un desgaste que lo lleva a perder escaños en la primera prueba electoral. Fleischer ha añadido que el presidente ha segudido el desarrollo del recuento electoral desde la Casa Blanca y que ha hecho alrededor de 30 llamadas telefónicas para felicitar a otros tantos candidatos ganadores. Una de las primeras llamadas ha sido a su hermano, el gobernador de Florida, Jeb Bush. Pero Bush también ha tenido que realizar una llamada de condolencia a la congresista republicana Connie Morella, quien ha sido derrotada por el demócrata Christopher Van Hollen en la lucha por un escaño en la Cámara de Representantes.

Por lo que respecta a los duelos particulares, la candidata demócrata a gobernadora de Maryland, Kathleen Kennedy Townsend, ha sufrido una dolorosa derrota ante el republicano Bob Ehrlich, ya que ese estado, un feudo demócrata, no estaba en manos republicanas desde 1966.

Kennedy, hija del asesinado senador Robert Kennedy y sobrina del asesinado presidente John F. Kennedy, no logró hacer valer ni su experiencia como subgobernadora de Maryland durante ocho años ni el carisma político de su familia. Ehrlich, un congresista republicano, logró una victoria inesperada gracias a una campaña basada en los errores y fallos del actual equipo de gobierno, formado por Kennedy y el gobernador Parris Glendenning.